jueves, 20 de diciembre de 2012

Maltrato Invisible


¿Maltrato invisible? Sí, es invisible porque goza de aceptación social, me refiero a la violencia psicológica, una de las formas de violencia más comunes que sufren las mujeres y que sin embargo muchas ni siquiera están conscientes de de ello.  La violencia psicológica como otras tiene sus primeras manifestaciones en las relaciones de noviazgo y casi siempre es minimizada o naturalizada, es decir, las víctimas de violencia confunden con amor agresiones en la vida cotidiana de un noviazgo como pueden ser los celos excesivos, los juegos agresivos, el acecho sobre todo en redes sociales como por ejemplo espiar la cuenta de la pareja de facebook o twitter, llamadas a todas horas por teléfono, mensajes todo el día, exigir que pase la mayor parte del tiempo con él, enojarse si pasa tiempo con su familia, alejarla de amigos y amigas y prácticamente el agresor intentará volverse indispensable en la vida de su pareja.  
Culturalmente estamos acostumbradas a que los celos significan amor, “entre mas me cela mas me quiere”, inclusive podemos llegar a pensar que si mi pareja no me cela entonces no me quiere. 
En una relación de pareja en ocasiones la víctima no se da cuenta que vive maltrato psicológico porque hay factores a su alrededor que le impiden ver el rumbo que esta tomando la relación; existe tanta desinformación del tema que alguien podría estar ejerciendo violencia sin saberlo, pues la misma sociedad ve como “normal”o “natural” algunas actitudes violentas que como no se manifiestan con golpes pues no le dan importancia.
En fin, puedo poner mil ejemplos pero quiero enfocarme a decir que la violencia “se refiere a toda acción u omisión que daña tanto física, emocional y sexualmente, con el fin de dominar y mantener el control sobre la otra persona”. Para ello se pueden utilizar distintas estrategias que van desde el ataque a su autoestima, los insultos, el chantaje, la manipulación sutil o presiones para tener relaciones sexuales.
Al principio algún comentario incómodo puede parecer como parte del juego entre los dos, pero luego puede tomar dimensiones tan grandes que incluso la víctima se siente tan mal que no logra identificar que le pasa, en ocasiones piensa que está exagerando pues “sólo son algunos comentarios y no es siempre” o “es que no debí de haber hecho tal comentario si no sé de lo que estoy hablando, él tiene razón”. Parece mentira pero el dicho: “a veces las palabras hieren mas que los golpes” es cierto, las mujeres que viven violencia psicológica desarrollan una serie de padecimientos físicos y psicológicos que difícilmente pueden superar y es que como lo he dicho varias veces el maltrato psicológico es en ocasiones tan sutil, tan cotidiano que daña por años sin saber si quiera que algo anda mal. No es necesario que existan insultos para que exista violencia psicológica, no es necesario insultar, también la indiferencia, el silencio, el aislamiento, las pequeñas prohibiciones, las pequeñas burlas que en ocasiones parecen chiste, las burlas a la imagen, la desaprobación y el chantaje son diferentes manifestaciones de este tipo de violencia.
Y ¿Como saber si estás viviendo violencia psicológica? Si te hace sentir mal, si tienes miedo de como va a reaccionar, entonces si vives violencia psicológica.
Para identificarla mejor tiene las siguientes características:
1. Pasa inadvertido por que goza de autorización social. 
2. Causa debilitamiento psicológico, depresión, suicidio y baja autoestima. 
3. Se siente un miedo constante. 
4. Vigilancia ininterrumpida y control estricto. 
  1. La imagen, el trabajo y en general las actividades de la mujer son objeto frecuente de sarcasmo y desprecio. 
  2. El silencio y aislamiento del agresor.
  3. Control absoluto del tiempo y espacio.
  4. Amenazas e insultos. 
8. Se utiliza para que la mujer se sienta culpable.
9. Intimidar con el objetivo de atemorizar para que la víctima incorpore el miedo a su vida
 10. Uso del privilegio masculino, o sea, actuar como “el hombre de la casa”. 
 11. Aventuras extramaritales.





jueves, 13 de diciembre de 2012

Feminicidio


La semana pasada el tema de esta columna fue el de la violencia física, señalé que la manifestación más extrema de la violencia física es la muerte, y hablando de violencia contra las mujeres esto se conoce como feminicidio.  
La situación de violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez ha sido el caso más notorio de los asesinatos de mujeres en México. En el plano internacional, la violencia contra las mujeres en dicha ciudad se convirtió en caso emblemático no sólo por el número de las asesinadas, sino por la brutalidad, la impunidad y la tolerancia social de los hechos, como lo señala el Informe Final de la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos Relacionados con los Homicidios de Mujeres en el Municipio de Juárez, Chihuahua. Casos como el de Campo Algodonero, Marisela Escobedo y su hija Rubí y Caso González por nombrar algunos han sido un parte aguas para el acceso a la justicia de las mujeres, también son el símbolo de la impunidad y la violencia del estado con lo que generalmente vienen acompañados estos casos, de hecho una constante en los asesinatos de mujeres es la brutalidad y la impunidad que los acompañan, generalmente se invisibiliza y no se quieren registrar como lo que son; notas de periódico en donde lo clasifican como “pleito de pareja” o “en un arranque de celos”, todo esto con la finalidad de que no se visualice el problema tan serio que es. 
Los homicidios de mujeres y niñas perpetrados por razones de género, es decir, aquellos que se realizan con dolo misógino, son la expresión más vil de la violencia extrema que se comete contra ellas. 

De hecho, uno de los grandes problemas para conocer la magnitud y características de los asesinatos de mujeres es su poca aparición en los registros oficiales. Los casos son registrados como cualquier cosa, menos como lo que realmente es, de ahí la importancia de nombrar y tipificar el término feminicidio dentro del código civil.
Como concepto, el feminicide (en inglés) fue planteado inicialmente por Jill Radford y Diane Russell en 2006, como una manera de distinguir y hacer patente la muerte violenta de una mujer, en oposición a los términos “homicidio” o “asesinato”, que predominan en la mayoría de las legislaciones; lo definen como el “asesinato misógino de mujeres cometido por hombres” .
Para dar una idea más concreta de lo que refleja en sí la palabra feminicidio, Ana Carcedo utiliza 5 características fundamentales para que sea considerado como tal: 
1. Conductas que sin conducir a la muerte dañan la integridad de las mujeres. 
2. Homicidios de mujeres por razones de género. 
3. Misoginia. 
4. Responsabilidad estatal. 
5. Impunidad. 

Aquí en Tabasco el delito de femincidio se tipificó apenas en marzo del 2012 y se define como: “quien por razones de género prive de la vida a una mujer. Éstas son: cuando exista o haya existido entre el activo y la víctima una relación de parentesco y otra relación de hecho, amistad o laboral, que implique confianza, subordinación o superioridad”.  Sin embargo, ha tenido y tiene pocos avances y muchísimos retrocesos.  En el caso de los asesinatos en Tacotalpa por ejemplo, la A.C Red Municipalista de Tabasco, señaló la extrema gravedad de estos delitos y que reúnen las características de Feminicidio, sin embargo,  sólo uno de los cinco implicados fue procesado por este delito, a los demás se les fincó responsabilidad por homicidio, violación, asociación delictuosa y encubrimiento por favorecimiento. Así mismo en su informe rendido el día 26 de noviembre del presente año, señaló que desde 2006 a la fecha se han registrado más de 160 asesinatos de mujeres en Tabasco, de estos casos en más de 50% se expresa crueldad y sadismo, características del Feminicidio.

¿Por que hay que tipificar los asesinatos contra las mujeres? Porque no se ha querido reconocer ni en los espacios públicos ni en los privados, que la violencia de género afecta principalmente a las mujeres y que no existe un entorno que favorezca su prevención, atención, sanción y erradicación. En México el asesinato de mujeres es grave, estos indicadores son sólo una muestra de las diferencias que prevalecen entre hombres y mujeres. La desigualdad, la falta de oportunidades, la violencia, y en general la violación a los derechos de las mujeres, requieren de la intervención urgente de los diferentes actores sociales y políticos de la entidad. Dejemos de verlo como un problema propio de las mujeres y empecemos a verlo como algo que nos debe ocupar a todas y a todos, tipificar el feminicidio no es un “capricho” de unas cuantas feministas, es una responsabilidad del Estado el cual está obligado por organismos internacionales de proteger los derechos humanos de las mujeres. 

Aquí el punto importante es hacer “visible lo invisible”, los asesinatos a mujeres han estado invisibles y naturalizados por años, es tiempo de hacer consciencia de lo que pasa a nuestro alrededor, en un reporte sombra entregado a la ONU para el “Comité de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer” (CEDAW, por su sigla en inglés) destaca que: “pese a los avances legislativos e institucionales para amortiguar la discriminación de la mujer en el país, la violencia por género es un fenómeno común y las cifras oficiales de feminicidios han crecido en tres años. La incapacidad de las autoridades federales y estatales para garantizar la aplicación efectiva de muchos aspectos de la nueva legislación ha perpetuado la impunidad”.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Una Huella en el Cuerpo


Como he dicho muchas veces la violencia contra las mujeres tiene muchos matices y se manifiesta de muchas maneras, representa una violación a los derechos humanos y constituye uno de los principales obstáculos para lograr una sociedad igualitaria y plenamente democrática. He señalado vagamente los diferentes tipos de violencia que existen, hoy escribiré sobre la violencia física, la que deja “una huella en el cuerpo”.
¿A que me refiero con violencia contra las mujeres?, en la Ley General de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia se define como: “Cualquier acto u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público”.
La violencia física como su nombre lo índica es aquella que usa la fuerza física para producir daño, es aquella que es más evidente porque deja signos y tiene una variedad de manifestaciones a través de los golpes que pueden ser desde un moretón, quemaduras de cigarro, algún hueso roto, puñaladas, machetazos, hasta provocar la muerte. Generalmente la clasifican en lesiones leve, moderada y grave.
Lesiones leves (que ni tienen nada de leves) son aquellas que tardan en sanar menos de quince días como puede ser un moretón; lesiones moderadas (que tampoco tienen nada de moderadas) son aquellas que tardan en sanar hasta seis meses como puede ser algún hueso roto, puñaladas, quemaduras leves y las lesiones graves son aquellas definitivas como puede ser perder la visión de algún ojo por algún golpe, sordera, parálisis, quemadura permanente, esterilidad, etc, etc. Entonces la violencia física tiene una característica muy importante que no tienen los demás tipos y es que es fácilmente detectable, un golpe es difícil de ocultar, las mujeres que viven violencia física intentarán ocultarla contando historias sobre sus lesiones que no concuerdan con la realidad. También es un tipo de violencia que podemos detectar con mucha facilidad pues aquí y en China un golpe es un golpe, una mujer que vive violencia física sabe que vive violencia, aunque desconozca sus derechos sabe que los golpes provocan daño, a diferencia de la violencia psicológica o algunos tipos de violencia sexual donde la víctima ni siquiera reconoce vivir violencia.
La manifestación más extrema de la violencia física es la muerte, y hablando de violencia contra las mujeres esto se conoce como feminicidio. Aquí en Tabasco el delito de femincidio se define como: “quien por razones de género prive de la vida a una mujer. Éstas son: cuando exista o haya existido entre el activo y la víctima una relación de parentesco y otra relación de hecho, amistad o laboral, que implique confianza, subordinación o superioridad”. En palabras sencillas el crimen hacia mujeres por el simple hecho de ser mujeres.  
Otra característica que tiene la violencia física es que es progresiva y va aumentando cada vez más de intensidad, no esperes a que un empujón se vuelva un golpe, luego una nariz rota y así sucesivamente hasta que ocurra lo peor. La violencia física NO está bien nunca, nunca debe ser naturalizada y nunca debe ser aceptada, no sólo eso si no que cuando existe violencia física en cualquiera de sus clasificaciones existe peligro de muerte inminente, la vida de la víctima y del agresor están en riesgo, si conoces a alguien que viva violencia física o eres víctima de ella no te quedes callada/o denuncia, las mujeres tienen el derecho de vivir una vida libre de violencia.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Día Internacional de la NO Violencia Contra Las Mujeres y Niñas



En unos días, el 25 de Noviembre para ser exacta se conmemora el “Día Internacional de la NO Violencia Contra Mujeres y Niñas”; de hecho la primer columna que escribí en este diario fue precisamente sobre el 25 de noviembre así que ya en pocos días cumplo un año de estar escribiendo. 
No se han tenido la oportunidad de ver la película “En el Tiempo de las Mariposas”, es la historia de las hermanas Mirabal (Minerva, Maria Teresa y Patria), 3 activistas políticas que murieron en manos de la policía secreta del régimen del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana en el año 1960. Su historia influye para que en 1999 la ONU diera carácter oficial a esta fecha para conmemorar el violento asesinato de estas mujeres. 
Si todavía hay quienes me leen y creen que la violencia contra las mujeres no es un problema grave sólo les digo que según datos de la OMS, cada 15 segundos una mujer es agredida en el mundo, en México la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2011) establece que el 23.4% de las mujeres de 15 años y más han vivido un incidente de violencia por parte de su pareja, y que en el 35.4% de estos casos se ha presentado violencia emocional, en el 25.9% violencia económica, en el 14.0% violencia física y en el 6.0% violencia sexual.
La misma encuesta en 2006 reveló que el 44.7% de las mujeres de 15 años y más han vivido acoso y violencia laboral y el 44.7% discriminación en ambientes de trabajo.
En este escenario en Tabasco algunas estadística señalan que el 44.9 % de las mujeres sufre violencia, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2006), reveló que el 52.7 por ciento de las 421 mil mujeres casadas o que viven en unión libre, reconocieron que han sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja en algún momento de su vida. 
Esto es en cuanto a datos estadísticos sobre la violencia contra las mujeres, pero hay un tema también muy importante y que merece atención, y es el de el “acceso a la justicia” de las mujeres que viven violencia, porque si bien existen leyes especiales que se supone son para protegeras la realidad es otra.
Un estudio realizado por ONU Mujeres reveló que en todo el mundo, la cadena de justicia se caracteriza por los altos niveles de abandono de casos antes de que estos lleguen al tribunal; del resto, muy pocos resultan en una condena. La sanción social contra las mujeres que denuncian su caso ante el sistema judicial es especialmente aguda en los casos de violencia doméstica y sexual, siendo éste el único delito en el cual la víctima es a veces más estigmatizada que el perpetrador. En muchos casos, las mujeres que denuncian este delito son rechazadas por su familia y su comunidad. 
No se ha querido reconocer, que la violencia de género afecta principalmente a las mujeres y que no existe un entorno que favorezca su prevención, atención, sanción y erradicación. Como he dicho muchas veces, se naturaliza diciendo que es un “problema de pareja”, “pleitos que tienen solución”.
En una investigación realizada por la Dra. Angela Beatriz Martínez Gonzáles indica que “de acuerdo con la Procuraduría de Justicia del Estado (2009), en cinco años se han registrado un total de 147 mujeres asesinadas. Las muertes intencionales o por violencia representaron el 3.4% de las defunciones totales y el 14.3% de las muertes por lesiones que comprenden los decesos por accidentes, homicidios y suicidios. Ahora, del total de querellas por violencia familiar que se registran en el año 2010, en el  80% las mujeres otorgan el perdón. Las denuncias que ocupan el mayor número se hacen por violencia psicológica, en segundo lugar por violencia física y en tercero por violencia sexual”. 
Hagamos consciencia en marco del 25 de noviembre, recordemos en lo que hemos avanzado y hagamos consciencia de lo que nos falta por hacer. Les dejo con una frase que en lo personal me movió mucho cuando la leí por primera vez:
“Las mujeres que se niegan a mantenerse en silencio cuando enfrentan alguna
injusticia, que persisten frente a obstáculos que parecen insalvables y que acuden a todas las instancias legales para llevar adelante su causa son las que han logrado cambiar el mundo”. (anónimo, ONUmujeres)

jueves, 15 de noviembre de 2012

Violencia contra las Mujeres en Tabasco

En México, como en casi todo el mundo, persisten las creencias sobre lo que deben ser los comportamientos femeninos y masculinos con base en estereotipos muy marcados. Se suele pensar que las mujeres son por naturaleza dulces, sumisas, sentimentales y pasivas, y que los hombres son fuertes, activos, agresivos y dominantes. La violencia de género o contra las mujeres es una de las mas frecuentes violaciones a los derechos humanos por el sólo hecho de haber nacido con cuerpo femenino y está vinculada a la relación desigual entre hombres y mujeres en todos lo ámbitos de la vida social, cultural, económica y política, se manifiesta en el ejercicio abusivo del poder por parte de uno de los sexos sobre el otro.

El 90% de la violencia de género que se registra se produce en el maltrato del hombre hacia la mujer, por las grandes desigualdades que existen entre éstos y solo un 10% se registra la violencia de la mujer hacia el hombre.

Las cifras de la Encuesta Nacional sobre la violencia contra las mujeres (ENVIM 2006), confirman la magnitud del problema en México: 33.3% de las mujeres viven en situación de violencia de pareja y el 43% ha sufrido violencia alguna vez en la vida.

1 de cada 3 relaciones de bachillerato sufre o ha sufrido violencia física  o sexual.

1 de cada 5 mujeres que violencia de pareja; 28.5% psicológica, 16.5% física, 12.7% sexual y 4.4% económica.

Según un estudio reciente publicado por la UNAM en México, 4 de cada 10 mujeres han sido agredidas por su pareja en algún momento de su vida, alertó René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

En Tabasco, un estudio realizado en 2007 señala que el 79% de los casos de violencia no fueron notificados al Ministerio Público. El 65% de los casos el agresor es el cónyuge, el 14% el padre de familia y el 16% otro familiar.

66 de cada 100 mujeres han sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja; proporción mayor a la media nacional que es 47 de cada 100.

El índice de mujeres maltratadas es de los más altos del país, según el estudio reciente publicado por la UNAM, nuestro estado es el segundo lugar del País donde existe más violencia contra las mujeres. 

En la última década las acciones emprendidas para prevenir y atender la violencia adquieren una verdadera dimensión internacional debido a la firma de los acuerdos alcanzados en las cumbres y conferencias mundiales que han reconocido el problema en su justa dimensión y han propuesto medidas y acciones para enfrentarlo.

Nuestro país suscribe todos estos acuerdos y reconoce la violencia familiar, sexual y hacia las mujeres como un problema de salud pública de gran magnitud y se suma a los esfuerzos realizados a nivel mundial.

En materia de Legislación se aprobó a nivel federal la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre De Violencia en febrero del 2007 y le corresponde a cada Estado adecuar esta Ley con base en las condiciones a su localidad. En Tabasco en 2008 se aprobó la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia.

Es necesaria la aplicación de métodos que sensibilicen a la población, el primer paso para esto es entender que la violencia contra las mujeres es un problema grave, de salud pública, social, económico y hasta político que tiene consecuencias graves tanto en la víctima como también en el agresor. No serán suficientes las reformas y los cambios legales, que aunque "mejoren" las condiciones de las mujeres, si no se hace un trabajo de fondo que habría que ataque de raíz el problema. 

jueves, 25 de octubre de 2012

¿Violencia contra los hombres?


Últimamente me han preguntado mucho que porque sólo escribo sobre la violencia contra las mujeres si los hombres también sufren violencia. Obviamente quienes me han preguntado esto son hombres, hombres que obviamente de una u otra manera se sienten violentados por esta situación. Yo trato de explicar que la estadística muestra que es mucho mayor la violencia hacia ellas, estamos hablando que según datos del INEGI uno de cada diez hombres ha sufrido algún tipo de violencia en comparación con seis de cada diez mujeres que han sufrido algún tipo de violencia. Aún así eso no quiere decir que ellos no la sufran y por lo tanto creo que es importante también darle el espacio que se merece pues es el mismo nombre de esta columna lo dice, PUNTO MEDIO.

En días pasados ya escribí sobre empoderamiento de las mujeres y de cómo el concepto puede confundirse con volverse violentas; es decir que en el caso de las mujeres, hace hincapié en la importancia de aumentar su poder y de tomar control sobre las decisiones y problemáticas que determinan su vida. Aquí el punto es que en ocasiones las mujeres toman a su ventaja y conveniencia la “liberación femenina” y se vuelven igual o más violentas que los hombres, utilizan este supuesto “empoderamiento” para ejercer una cierta ventaja sobre el hombre, es decir: 
  1. Trabajan y ganan dinero pero no aportan nada al hogar, o sea que fomentan el estereotipo de género de que el hombre debe ser proveedor. El famoso: “lo mío es mío y lo tuyo nuestro”.
  2. Exigen de manera violenta que no quieren ocuparse de las labores domésticas.
  3. Si son amas de casa entonces deciden tener su casa patas para arriba pues “es parte de la liberación femenina”.
  4. Exigen igualdad pero quieren seguir siendo protegidas y mantenidas.

Entonces si es una realidad que más y más mujeres han salido a trabajar, ya sea por gusto o por necesidad y también es real que los hombres han tenido que involucrarse más en las tareas que antes eran catalogadas exclusivamente para mujeres como hacerse cargo de los hijos/as o participar en las labores del hogar. También es una realidad que habiendo leyes que protegen a las mujeres y habiendo campañas a favor de la denuncia, hoy por hoy hay más mujeres que se atreven a denunciar; ya el tema del acceso a la justicia y de lo bien o mal que funcionan estas leyes en México y en Tabasco es otra historia, aquí el punto es que ya no se callan tanto. 

Ya dicho esto regreso al tema de las mujeres que ejercen violencia, buscando información al respecto me topé con cosas interesantes:
  1. El maltrato más común que sufren los hombres es psicológico y sutil, basado en la humillación y la manipulación y el económico, a través del engaño, el chantaje, el robo, el endeudarse para que pague el las cuentas,  etc.
  2. Los hombres sienten que eso de la “liberación femenina” sólo les conviene a ellas y que es sólo una manera de violentarlos ya que aparte de ser ellos lo que trabajan ya las mujeres no quieren participar en nada pues para todo sacan que es violencia.
  3. A diferencia de la violencia contra las mujeres, la violencia contra el hombre no es tan prolongada ni extrema. A pesar de que en ocasiones la mujer puede ejercer algún tipo de violencia física, el hombre no siente peligro de daño físico ni temor por su propia seguridad. Tiene además, independencia social y económica, que lo hace pensar en que puede encontrar algún tipo de solución.
  4. Que los hombres que sufren violencia NO hablan de ello, NO denuncian, les da pena y piensan que nadie les va a creer.

Entonces los hombres claro que sufren violencia, y la violencia en cualquiera de sus manifestaciones no debe ser ni tolerada ni naturalizada. El punto es que como sociedad tenemos tan arraigados los estereotipos de género que tanto es malo para las mujeres porque no les permite una igualdad total a como también es malo para los hombres pues como han vivido en un estado de dominación no se toma en serio las quejas serias que hacen al respecto. Es un hecho que las mujeres han venido ganando terreno, es un hecho que las sociedades se van desarrollando y van cambiando, también es un hecho que la violencia contra las mujeres es un problema serio, de salud pública que debe ser atendido como tal, no debe ser minimizado porque hay mujeres que violentan a sus parejas. No podemos negar que la violencia contra los hombres existe, tampoco debe ser naturalizada sólo porque tenemos la idea de que ellos son más fuertes. 

Los estereotipos de género en donde el hombre es siempre el fuerte, dominante, insensible, macho, etc, etc y que la mujer siempre es sumisa, dócil, callada, débil, etc, etc hacen que como sociedad callemos y naturalicemos actos de violencia. Obviamente no hay que negar que en términos estadísticos, de estudios y de análisis profundo la violencia contra las mujeres es un tema serio, las altas tasas de feminicidios, las denuncias de violencia por parte de sus parejas y la falta de igualdad hacen que se visualice más o que le pongamos más atención; mientras que la violencia contra los hombres si bien existe, la diferencia que pude encontrar es que ellos no sienten peligro por su integridad física, la violencia contra ellos no es tan extrema, en el peor de los casos no necesitan recurrir a un albergue que los apoye porque están en peligro de muerte. No quiere decir que no sea importante y no quiere decir que no se deba de atacar el problema, los hombres por razones sociales han aprendido a quedarse callados, que el “hablar de los problemas” son “cosas de mujeres”; la violencia nunca debe ser justificada y por mas insignificante que parezca seguramente no lo es, ser víctima de violencia tiene consecuencias graves en la salud física y mental. NO te quedes callado.

jueves, 18 de octubre de 2012

Feliz Cumpleaños Mamá


Hoy es un día especial, es un día muy especial pues el cumpleaños de mi mamá y quiero dedicar este espacio para platicar un poco de ella, para que aquellas personas que no la conocieron la conozcan un poco y para las que sí pues se acuerden de ella.
Cuando pienso en mi mamá pienso en un ser libre, conforme pasa el tiempo me doy cuenta la huella tan grande que dejó pero también me doy cuenta que aunque me duele que ya no esté, también me duele que he aprendido a vivir sin ella. ¿Por qué me duele? Pues porque poco a poco se me van olvidando cosas que no quiero que se me olviden. Por ejemplo ya se me está olvidado la voz ronca que tenía y que cuando llegaba a la casa  siempre la oía al cruzar la puerta de la entrada, esa voz ronca ya no la tengo muy clara;  se me olvida su manera de hablar y su tono de voz; también se me han ido olvidando su manera de caminar tan particular haciendo ruido por toda la casa, esa sensación de que ahí estaba con sus ruidos se desvanece; se me está olvidando su risa, y sé que era una risa de carcajada muy particular. Se me está olvidando su olor, un olor tan de especial que me duele no poder acordarme de él y aunque sé que perfume usaba no es lo mismo. Me imagino que eso es lo normal cuando muchas veces me repitieron que “el tiempo sería mi mejor aliado”, si ha sido mi aliado pero también mi enemigo. 
A lo mejor no me acuerdo de muchas cosas propias de ella y de su esencia, pues el tiempo se ha encargado de que yo de cierta manera siga adelante con mi vida, sin embargo hay cosas que jamas voy a olvidar de mi mamá.
Nunca se me va a olvidar que me enseñó que lo que empiezas hay que terminarlo, siempre me impulsó para terminar todos los ciclos en mi vida, mi mamá fue muy estricta con esto, una vez me dijo: “si vas a entrar a Tea Kwon Doo no te voy a sacar hasta que seas cinta negra” y me lo cumplió, y así fue con todo. Aunque no tengo clara su voz, no se me olvida la calidez con la cual siempre hablaba conmigo, los consejos que me daba y las pláticas intensas que teníamos. Recuerdo lo cariñosa y apapachadora que era conmigo, también me acuerdo que siempre se quejaba de que yo no la dejaba abrazarme tanto.  Me dio la seguridad de confiar en mi misma, me hizo ver mis errores y festejaba con singular alegría mis logros, siempre estuvo en primera fila echando porras para todo. Nunca me exigió ser alumna de puro diez pero si le chocaba que le tiraramos a pasar con seis, siempre quiso que fuéramos comprometidos con lo que hacíamos. Tampoco se me olvida cuando visitaba a Mamá Susa y nos llevaba con ella, me acuerdo perfecto de que entraba a esa casa y empezaba a gritar: “Mamá Susa ya llegué, te traje a los enanos”. Me acuerdo perfecto de cuando invitaba a Mamá Mira a comer, que apenas la podía trepar a la camioneta pero que ahí veía como le hacía para subirla y llevarla a la casa, nunca se me olvidará como hizo feliz a estas dos viejitas con sus visitas, las visitaba todos lo jueves por la mañana; me acuerdo de cuando empezó a ir a la biblioteca a darle clases de braille a los ciegos, de como insistió en operar a “Juanita” de cataratas porque no podía con la idea de que alguien no pudiera ver por falta de recursos, también recuerdo como esas visitas a la biblioteca se fueron formando en una idea y esa idea en un centro para ciegos que hoy lleva su nombre; no se me olvida su manera de comprometer a los doctores para operar los jueves y las risas de las anécdotas que tuvo con los ciegos cuando los llevaba a consulta. Tampoco puedo olvidar la época en que dio clases de aerobics en la cárcel de mujeres, siempre dijo que era lo más difícil que ha hecho en toda su vida, siempre llegaba diciendo que ya era su último día, pero cumplió el compromiso que tenía con las internas hasta el final. Siempre corriendo, siempre correteándonos para las mil clases que teníamos y mas aparte las que tenía ella, es chistoso pero yo siempre me acuerdo de ella afuera de mis clases de tae kwon doo, de ballet, jazz, folklore, tennis y si les preguntan a mi hermana o hermanos, ellos dirán lo mismo, ahí siempre estaba. Siempre con una energía que contagiaba, siempre positiva, nunca criticando, agradecida por las bendiciones que le dio la vida. Podría contar mil historias, mil anécdotas pero no me da ni el tiempo ni el espacio para hacerlo. 
Mi mamá fue una mujer feliz, me acuerdo que me decía que siempre había que vivir la vida como si fuera el último día de tu vida, ella así lo hizo. Mi mamá subió a una montaña en Vail el 28 de julio del 2000 y ya nunca bajó, se fue haciendo lo que mas le gustaba en el lugar que mas le gustaba en el mundo, donde fue más feliz. 
Hoy en especial la recuerdo con mucho amor, me duele que no está, me duele que el tiempo me ha hecho olvidar algunas cosas pero lo que nunca se me va a olvidar es el amor que me dio, lo amada que me sentí por ella, lo orgullosa que era de ser mi mamá, con eso me quedo y me quedo bien. Feliz cumpleaños, te quiero!

jueves, 11 de octubre de 2012

La Cultura del Silencio


Se dice que las mujeres vivimos en una cultura del silencio, ¿Y, como es eso? Se estarán preguntando, sobre todo porque si en algo nos encasillan a las mujeres es por ser muy “comunicativas”, por tener la habilidad de tener varias platicas a la vez, por querer hablar y hablar y hablar de nuestro problemas con nuestras parejas y bueno en general estamos encasilladas en que hablamos demasiado. 
Bueno digo que vivimos en una cultura del silencio porque con todo y que tengamos la fama de muy hablanchinas, lo cierto es que hay una frase sexista que dice: “calladita te ves más bonita” que culturalmente ha hecho que muchas mujeres se callen los abusos, la violencia, el sexismo y la discriminación en la que viven. En estas últimas semanas se dio a conocer el  “Informe diagnóstico: Violencia contra mujeres periodistas” presentado por  Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC). Leyendo algunas notas y testimonios de muchas de ellas víctimas de acoso y hostigamiento sexual hubo algo que resaltaba en sus testimonios, fue el sentir que ser acosadas era parte de ser mujeres, parte del oficio como periodistas.
Escribe San Juana Martínez: “Al escribir la entrevista, omití el acoso del general Villa. Pensé que lo más importante eran sus escandalosas declaraciones admitiendo las ejecuciones extrajudiciales. Pensé que si contaba lo que viví, la noticia se iba a distorsionar. Lo tomé como gajes del oficio. Al final de cuentas, me dije, los periodistas no debemos ser noticia y yo no quería verme como una víctima de acoso; mucho menos como una mujer vulnerable. Dejé la experiencia como una anécdota para contarle a los amigos”. (SinEmbargo.mx)
Así como ella muchos testimonios de mujeres periodistas siendo acosadas sexualmente y tomándolo como gajes del oficio, pero sobre todo que era algo “natural” por su condición de género. Hoy las periodistas hablan de sus experiencias y llegan a la conclusión de que en su momento se quedaron calladas porque sentían que era normal, porque nadie les iba a creer, porque no encontraron apoyo y porque culturalmente se nos ha enseñado a las mujeres a callar frente al acoso sexual.
Yéndome a otros escenarios laborales y sociales, las mujeres sufrimos a diario abusos que hemos venido tachando como “normales” y que no lo son. Sobre todo nos hemos quedado calladas, en ocasiones nos sentimos incómodas pero no decimos nada por miedo a ser tachadas como exageradas, como intolerantes o como amargadas. Es un estigma social que nos hemos impuesto. Los hombres por otro lado podrán decir que ellos también sufren de acoso, puede ser, pero al acoso y hostigamiento sexual hay que diferenciarlo por género ya que no hombres y mujeres no reciben las mismas amenazas, acoso, asalto, tortura, etc. 
Bueno y ¿que es acoso sexual y hostigamiento sexual?, ¿Es lo mismo?.
El primero, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), consiste en “insinuaciones sexuales indeseables o en un comportamiento verbal o físico de índole sexual que pretende interferir, sin razón alguna, en el requerimiento laboral de una persona o crear un ambiente de trabajo intimidante, hostil u ofensivo”. De a cuerdo con este organismo deben integrarse tres elementos para que haya acoso sexual: un comportamiento de carácter sexual que no sea deseado y que la víctima lo perciba como un condicionamiento hostil para su trabajo convirtiéndolo en algo humillante.
En tanto el significado de hostigamiento sexual es otro. Se refiere a una manifestación de poder mediante una coacción con contenido sexual que proviene de un superior dirigida a alguien de menor rango. De esta forma el hostigamiento sexual representa un problema laboral, donde las consecuencias no son únicamente para la trabajadora sino también para la empresa y el sindicato, ya que no sólo afecta las relaciones de trabajo sino el rendimiento laboral también.
Hoy en día el hostigamiento y acoso sexual en el trabajo pasan como algo natural, como algo propio de ser hombres (agresor) y ser mujeres (víctima). Sin embargo no debería ser tolerado ni aceptado y mucho menos vivirse en silencio, el problema es que muchas veces las mujeres no saben identificar que lo que están siendo acosadas y que es algo que no deben tolerar. Entonces señoras y señores, vivimos aún en la cultura del silencio, con el “calladita te ves más bonita” y deberá de ser algo contra lo que hay que luchar. Hombre, date cuenta de tu actitud ante las mujeres; y mujer, ¿Que tan callada te quedas?.

lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Coco Chanel, Feminista?



El otro día vi la película “Coco antes de Chanel” (Coco avant Chanel), no se si la han visto pero en resumen trata de la historia de Coco Chanel desde que era niña hasta que funda la casa Chanel. Lo que la mayoría sabemos de esta mujer es que lleva el nombre de una marca de ropa y accesorios de alta costura, sabemos que su nombre es sinónimo de elegancia, sabemos que era francesa y sabemos del famoso traje Chanel, lo que también acabo de descubrir es que Coco Chanel fue feminista. Claro, no fue de las que promovieron el voto femenino, nunca salió a las calles a pelear por los derechos de las mujeres, jamas se le escuchó hablar del movimiento feminista si quiera, pero Coco Chanel fue feminista. 

¿Por qué lo digo? El feminismo lo podemos definir como “un movimiento que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión y  dominación por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera”, y más sencillamente es un movimiento que busca la igualdad entre hombres y mujeres. 

Años antes de que lucharan las mujeres para el derecho al voto en Francia, Coco Chanel sin saberlo y sin quererlo buscó a través de la moda la igualdad entre los hombres y las mujeres; liberó a las mujeres de la ropa incómoda, poco práctica y restrictiva. En la película se puede observar lo mucho que sufrían las mujeres con la ropa de aquella época y Chanel decidió hacer algo al respecto, eliminó los corsés de su guarda ropa e hizo lo mismo en sus diseños, utilizó camisas, pantalones, sacos, pijamas de su amante y les dio un toque personal y femenino, fue de las primeras mujeres en utilizar pantalones para poder montar y modificó atuendos tradicionalmente pensados para hombres. Introdujo el término “casual chic” lo que dio espacio a las mujeres de verse cómodas pero elegantes, siluetas sencillas que permitían moverse con facilidad a las mujeres, telas que en verano no fueran calurosas, aún conservando la elegancia que era tan importante en aquella época. Ella misma vestía con atuendos poco tradicionales y masculinizados con toque femenino. En pocas palabras liberó a las mujeres, las liberó a través de la moda.

Chanel también rompió con estereotipos de género tradicionales ya que nunca se casó por decisión propia, nunca tuvo hijos, vivió una vida sexual sin restricciones, fue una creyente de que podía vivir su vida como quisiera y que el hecho de ser mujer no debía importarle a nadie. Su personalidad, carisma, ingenio, sexualidad y talento hicieron que la niña huérfana que fue algún día se convirtiera en uno de los iconos de la moda más famosos de la historia. Una mujer que fue muy criticada por su vida personal y admirada por lo que logró en el terreno laboral, que sin pensarlo logró enseñarle a las mujeres que en la moda podían escoger comodidad, simplicidad y masculinidad y aún conservar su feminidad y sexualidad.  

Me di cuenta que hay iconos feministas en todas partes, mujeres que ni vemos como tal pero que lo fueron o lo son. No veamos al feminismo como algo negativo porque no lo es, se trata de encontrar igualdad entre hombres y mujeres y podemos luchar desde varias trincheras y de diferentes maneras para lograrlo, a lo mejor tu eres feminista y ni lo sabes.


jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Empoderamiento o Violencia?


Hace unos días platicaba con una amiga muy querida y experta en el tema de género y violencia contra las mujeres acerca del empoderamiento de las mujeres, específicamente casos en los que las mujeres en una relación ejercían ya con violencia sus derechos. El punto era, ¿una mujer aparentemente empoderada ejerce violencia para reclamar sus derechos?

Primero que nada quiero empezar con definir que es esto de “empoderamiento de las mujeres”; fortalecer o empoderar hace referencia a permitir a la gente tomar el mando de su propia vida. En el caso de las mujeres, el empoderamiento hace hincapié en la importancia de aumentar su poder y de tomar control sobre las decisiones y problemáticas que determinan su vida. Se trata de un término que se escuchó por primera vez en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Así que en pocas palabras es el proceso de construir las condiciones para que las mujeres asuman el control sobre sus vidas.

Y estando claras y claros con el término ahora sí regreso a la pregunta; ¿Empoderamiento o violencia?, me decía mi amiga que habría que explorar la relación en su totalidad pues aunque nunca es justificable el uso de la violencia existen muchas mujeres que creen que la palabra “empoderamiento” es sinónimo de violencia, cuando no es así. Una mujer empoderada tendrá la capacidad y el acceso a tomar sus propias decisiones, es decir, es dueña de su vida. Para nada será ahora la que ejerza violencia dentro de su casa, mas bien, buscará la manera de vivir en un espacio más igualitario que antes, viviendo y conviviendo de manera diferente.

Entonces ¿Que pasa?, ¿Por qué las mujeres tomamos actitudes o totalmente sumisas o “disque empoderadas”?, ¿Como llegar a un punto medio?, primero que nada hay que entender que hay muchos tipos de empoderamiento (económico, político, social, intelectual) y que ser una mujer empoderada: no es ser igual o más violenta que lo hombres, no es ser bien cabrona, tampoco es no querer volver a levantar jamás una escoba o lavar platos, no es echar en cara a los hombre por la opresión histórica en la que hemos vivido las mujeres (pues hay hombres ni nos oprimen, y ni nos violentan), no es poder más que ellos, ni saber más que ellos, tampoco es controlar totalmente la economía familiar, ni ser la que decide siempre todo, ni un día levantarse y decir “no vuelvo a planchar una camisa o a servir una comida”, ¿Les checa algo de lo que dije?temo decirles que entonces No están empoderadas.

¿Entonces?, ¿Como le hacemos? Porque aparte están las mujeres que usan el “empoderamiento” para ejercer una cierta ventaja sobre el hombre, es decir: 
  1. Trabajan y ganan dinero pero no aportan nada al hogar, o sea que fomentan el estereotipo de género de que el hombre debe ser proveedor.
  2. Exigen de manera violenta que no quieren ocuparse de las labores domésticas.
  3. Si son amas de casa entonces deciden tener su casa patas para arriba pues “es parte de la liberación femenina”.
  4. Exigen igualdad pero quieren seguir siendo protegidas y mantenidas.

Y podría irme con muchos ejemplos más, aquí el punto es que debemos estar conscientes de que es lo que exigimos, que hacemos para lograrlo y sobre todo que empoderamiento no es igual a violentar a los/las que están alrededor de mí. Recordemos que el feminismo es un movimiento que busca la igualdad entre mujeres y hombres, lo busca a través del empoderamiento de las mujeres, no a través de la sumisión de los hombres, no a través de la violencia. 

Existe una línea muy delgada que difícilmente la vemos porque desafortunadamente nuestra sociedad se rige por principios patriarcales y en ellos está la opresión de las mujeres, entonces cuando una mujer decide “ya no más”, sea un día que esté cansada de recibir violencia o sea una mujer que inconscientemente lo hace por su propia historia comienzan entonces a adoptar prácticas patriarcales. No confundamos el empoderamiento con violencia, el hacerlo hace que demos pasos para atrás en lugar de para adelante en la lucha por la igualdad de los derechos de las mujeres.