jueves, 9 de mayo de 2013

10 de Mayo


10 de mayo


La oportunidad que tienen las mujeres de ser madres marca sin duda una gran diferencia entre hombres y mujeres, pero tomar esto como base para decir que las mujeres “por naturaleza” son maternales, sensibles, mejores en las tareas domésticas, mejores criando a los hijos/as, etc, etc, es un error.  El problema de asociar a las mujeres con lo "maternal" es que cuando una mujer no quiere ser madre ni ocuparse de la casa, o cuando quiere ingresar al mundo público, se la tacha de "antinatural", “rara”, porque se quiere salir del rol pre establecido para ella. En cambio a nadie le parece raro que el hombre viva en el ámbito público, sin asumir responsabilidades cotidianas en el ámbito doméstico. La valoración cultural de las mujeres radica en una supuesta "esencia", vinculada a la capacidad reproductiva. Podrá ser la mujer más exitosa en su trabajo pero si NO es madre cuando hablen de ella siempre se van a preguntar si tiene hijos o no tiene, si es buena esposa o si es buena madre, el hombre no tiene que cargar con ese estigma.

Solo hay que fijarse en las ofertas que las tiendas departamentales hacen cada día de las madres y día del padre, el día de las madres los artículos de cocina y artículos para el hogar están de oferta, en el día del padre la cosa cambia a ropa, calzado y artículos electrónicos. Gran diferencia ¿no?

Aún con todo esto los cambios en los roles de género han permitido que “ser madre” ya no sea la única actividad por la que son valoradas las mujeres, aunque en el caso de las madres que trabajan esto ha desembocado en un fenómeno en el cual las mujeres que trabajan fuera y dentro del hogar sienten la presión de social de cumplir perfectamente en estos dos ámbitos, lo que puede llevarles a sufrir altos niveles de estrés y culpa. Sienten que deben desempeñar un rol como de “super mamás”, trabajar pero sin descuidar las labores del hogar, cuidar de los hijos y cuidar de la familia. Esto obviamente es reforzado por los medios de comunicación y en especial en las fechas en las que se acerca el 10 de mayo, el mensaje es: “la super mamá, la super mujer lo puede todo, nunca se cansa, siempre está para su familia”. Por otro lado están las mujeres que se dedican exclusivamente a su rol de madre y amas de casa, que se dedican al hogar ya sea por por un gusto propio y otras veces dejando a un lado sus aspiraciones en otros ámbitos de su vida que se sienten realizadas en ese papel pero que sin embargo necesitan un “break” de vez en cuando, ser madre es un trabajo que no tiene vacaciones ni horario.
El otro día leí un artículo en donde un estudio reveló que 87% de las mamás prefiere como regalo un poco de tiempo para sí mismas, un día en familia o ayuda en los quehaceres de la casa en lugar de regalos costosos. La encuesta realizada por la compañía de investigación Social Issues Research Center (SIRC) para Procter and Gamble entre mamás de China, Estados Unidos, Gran Bretaña y México, arroja que 87% de las madres entrevistadas se siente más feliz con pequeños detalles. Con sólo ver lo artículos que hay en descuento en las tiendas departamentales puedo entender porque las mujeres prefieren tiempo para sí mismas, las opciones para regalo a mamá cada año son: “llévese la lavadora de platos que a mamá le va a encantar pues no pasará tanto tiempo en la cocina”, o “13 meses sin intereses en todos los artículos de cocina, sólo para mamá”. 
¿Como ven?, no hace falta comprarle a mamá regalos y regalos, no hace falta llevarla a comer a restaurantes de lujo, lo único que quiere es descansar, pasar un tiempo tranquila, atendida y cuidada. 

Feliz día de las madres a todas las mamás del mundo!

domingo, 28 de abril de 2013

¿Qué es el Empoderamiento?


Mucho se utiliza la palabra “empoderamiento”, quienes trabajamos de alguna u otra manera a favor de las mujeres y de sus derechos estamos constantemente remarcando que para que una mujer logre salir de un ciclo de violencia, logre poner una demanda contra su agresor, logre dar ese último pasito hacia una vida libre de violencia es necesario trabajar en su empoderamiento. Y esto ¿Que es?, bueno el empoderamiento viene de la palabra inglesa: Empowerment , la cual por no tener una definición universal ha dado lugar a muchas interpretaciones y usos.
La terapeuta y conferencista Elvira S. Muliterno menciona que: “esta palabra, empoderamiento, aún no ha sido aceptada oficialmente por la Real Academia de la Lengua. Si buscamos el significado del término empoderar nos encontramos con la referencia a apoderar, la cual significa: “hacerse dueño de algo, ocuparlo, ponerlo bajo su poder. Hacerse poderoso o fuerte, prevenirse de poder o de fuerza”. Así el empoderamiento está relacionado con dar/otorgar poder”.  
Se trata de un término que se escuchó por primera vez en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.
Entonces, fortalecer o empoderar hace referencia a permitir a la gente tomar el mando de su propia vida. 
Con esto no debe confundirse que empoderarse es ejercer poder sobre las o los demás,  ser demandante o ser autoritaria o autoritario, ya escribí hace unos meses sobre la línea delgada que existe entre lo que es una mujer empoderada y otra que ejerce violencia. Quiero aclarar que una mujer empoderada no es alguien que está en contra de los hombres, tampoco es alguien que violente a otros hombres ni a otras mujeres, no es ser bien cabrona, tampoco es no querer volver a levantar jamás una escoba o lavar platos, no es poder más que ellos, ni saber más que ellos, tampoco es controlar totalmente la economía familiar, ni ser la que decide siempre todo, ni un día levantarse y decir “no vuelvo a planchar una camisa o a servir una comida”.
En el caso de las mujeres, el empoderamiento hace hincapié en la importancia de aumentar su poder y de tomar control sobre las decisiones y problemáticas que determinan su vida. Así que en pocas palabras es el proceso de construir las condiciones para que las mujeres asuman el control sobre sus vidas.
Para las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia el empoderamiento es clave para que puedan dar el paso que hace falta para poder empezar una vida libre de violencia, por eso es tan importante que estas mujeres reciban una atención integral, no debemos descuidar el apoyo psicológico tanto individual como grupal que se les debe de dar a estas mujeres al mismo tiempo que se les lleva un proceso legal. He sido testigo del valor que han adquirido mujeres que después de haber tomado un proceso terapéutico, un taller o una plática se atreven a denunciar, se atreven a hablar, se atreven a cambiar, no es fácil pero tampoco es imposible.
La situación en México para las mujeres en general es difícil, los indices de violencia son altos, existe aún poca incursión en la política la mayoría de los puestos importantes en gobierno siguen siendo ocupados por hombres, los temas de género siguen siendo vistos como “cosas de mujeres o para mujeres”, pero claro está las mujeres han ido ganando terreno y esto es gracias al proceso de empoderamiento que ha ido generando cambios poco a poquito en nuestro país, esto ha requerido crear en la mujeres primero la conciencia sobre la discriminación de la que son objeto, lo cual implica promover cambios en la identidad de género y en la evolución de la identidad personal. 


jueves, 11 de abril de 2013

Testimonio


Hace unos días alguien compartio conmigo un testimonio e inmediatamente le pedí autorización para publicarlo porque me parece una historia con la que muchos y muchas se podrán identificar. Si algo me ha motivado a seguir escribiendo y a crear mi blog es precisamente esto, ver que lo que escribo llega, conscientiza, ayuda y de cierta manera cambia el mundo que me rodea. Les dejo con esta historia.


Pachela Gaudiano Rovirosa:
Antes que nada agradezco que puedas tomarte el tiempo para leerme, me preguntaras cual es mi propósito, seguramente lo sabrás al final de mi carta, puede que mi mensaje te resulte ambiguo, pero más que a ti, lo que escribo sería más bien dirigido algunas mujeres en específico, he leído algo de lo que escribes en tu blog y me he quedado con algunas, pero mi objetivo no es precisamente para hablarte de eso, de principio en tu perfil mencionas que eres orgullosamente mujer, psicóloga y feminista, si me lo permites  yo agregaría, idealista,  porque sin ideales no hay pasión y sin pasión no hay lucha, en consecuencia debo felicitarte por ello, confieso que no soy feminista ni por asomo, pero te puedo decir al igual que tú, orgullosamente mujer, gracias a grandes mujeres idealistas que lucharon para que hoy en día  lográramos tener mejores oportunidades en la vida, no obstante debo ser muy honesta, existimos aún muchas mujeres que seguimos fomentando el machismo de manera sutil y a nuestro modo, lo digo por lo que veo a diario o porque  me ha tocado vivirlo.
Pasa que a las mujeres nos cuesta reconocer algunas verdades, duele reconocer que nosotras mismas que tenemos la oportunidad de reeducar (cosa difícil pero no imposible si se da el primer paso) a nuestros hijos, esposo, novio, sobrinos, primos, amigos, compañeros o conocidos, sin embargo aún no estamos preparadas para hacerlo, obviamente no pretendo generalizar, hay mujeres que se encuentran aún más subyugadas por estar en condiciones  más desfavorables y que su posición social, cultural o económica las hace aún más vulnerables, EN ESTE SENTIDO por ellas si es necesario seguir alzando la voz y trabajar de manera constante desde el ámbito en que nos encontremos, teniendo muy en cuenta que una mujer que ha sido violentada en cualquiera de sus formas, no tiene la capacidad de levantar la voz, mucho menos levantar el rostro para defender y luchar por sus derechos.
Me permito contarte una experiencia personal, recuerdo en una ocasión cuando estudiaba mi licenciatura,  tuve diferencias con un hermano y al no aceptar lo que él quería, sin importar que él estuviera acostumbrado a que las mujeres deben permanecer calladas, decidí no hacerlo, por ese motivo termine con heridas en el rostro y algunos golpes en el cuerpo, una de las experiencias más difíciles, sobre todo porque la persona que te provoca el daño es un ser a quien tú quieres y suena hasta burdo contarte que en esa época de estudiante investigaba y hacia trabajos de campo sobre violencia intrafamiliar y  mis casos terminaban con mujeres violentadas y en donde la dignidad de ellas eran pisoteada constantemente.
Regresando a mi caso, cuando mi padre me vio en esas condiciones, no recuerdo  bien los colores de su rostro, pero al día siguiente me obligó a  levantarme muy temprano, para ir al hospital pero antes me pidió que bajara para hacer una denuncia en contra de mi hermano,  le dije que no podría, solo me respondió que es algo que no debo permitir, por fortuna era muy temprano y aun no llegaba la persona que debía tomarme la declaración, nos dirigimos al hospital y al final de cuentas lo único que corrió a cuenta de mi hermano fueron los gastos médicos.
La enseñanza tan grande que me dejó no fue la reacción de mi padre,  mi hermana que vio lo sucedido me decía que por favor no volviera a contradecir a  mi hermano, no dudó en decirme que yo tenía la culpa por no quedarme callada, desde luego yo tengo la culpa de no quedar callada, no culpaba la forma de pensar de mi hermana, después de todo seguimos siendo parte de una cultura machista que padecen hombres como mujeres, siempre he partido desde ahí, es importante que las mujeres cambiemos de actitud, si queremos ser valoradas tenemos que empezar por valorarnos a nosotras mismas.
Coincido en algo importante contigo, seguir levantando la voz, agregaría; educar y educarnos a nosotras mismas, que demos el primer paso (para aquellas que no lo han hecho) que ya muchas lucharon por abrirnos el camino, entonces para algunas yo solo les diría ¡caminemos!

Saludos y felicidades por tu blog
Atte.
S. AP

miércoles, 6 de marzo de 2013

Éste Día Internacional de la Mujer por favor NO me felicites!




El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, el lema de este año que da la ONU es: “Una promesa es una promesa, acabemos con la violencia contra las mujeres”. Pero ¿Que se celebra exactamente este día?, ¿Es correcto decir celebrar?, ¿Por que existe un Día Internacional de la Mujer?, veamos una cronología :
1909: De conformidad con una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América el día 28 de febrero se celebró en todos los Estados Unidos el primer Día Nacional de la Mujer, que éstas siguieron celebrando el último domingo de febrero hasta 1913.
1910: La Internacional Socialista, reunida en Copenhague, proclamó el Día de la Mujer, de carácter internacional como homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. 
1911: Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
1913 a 1914: En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
1917: Como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia,o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
Habiendo repasado ya un poco de historia creo que es oportuno decir que el 8 de marzo es un día que surge de la necesidad de muchas mujeres de ser tomadas en cuenta, de ser vistas y de tener acceso a los mismos derechos y oportunidades que los hombres, lo que se celebra es el avance que han logrado las mujeres a lo largo de la historia y de paso sirve para dar a conocer su situación actualmente, es una oportunidad de que en un día particular se le de importancia a los temas de las mujeres. Sin embargo me doy cuenta que año con año la fecha se ha ido distorsionando, desde la miles de felicitaciones que reciben las mujeres, hasta quejas de los hombres tachando de ridículo, cursi, innecesario y en ocasiones hasta discriminatorio el día. Entiendo que para muchos/as puede seguir pareciendo una reclamo mas de las mujeres y puede parecer inequitativo para los hombres, claro, si seguimos viéndolo como un día comercial tipo el “día de las madres”, por supuesto que siempre va a parecer ridículo. Año con año me topo con comentarios de todo tipo en las redes sociales en este día, algunos sexistas, otros y en afán de ser gentiles felicitan a las mujeres, suben frases poéticas e inclusive declaran que las mujeres son lo máximo pues de ellas venimos todas y todos, sé que no es en mala fe pero finalmente eso contribuye a reforzar estereotipos de género. Por eso les invito a que mañana reflexionen a fondo sobre el lugar de las mujeres actualmente: ¿Como es la situación de las mujeres en México?, ¿Como es la situación de las mujeres en Tabasco?, ¿Como es mi situación como mujer?, ¿Me siento con más derechos por ser hombre?, ¿Tenemos los mismos derechos?, ¿Las leyes que están para proteger a las mujeres realmente se cumplen?, ¿Sirve de algo haber firmado tantos convenios internacionales?, ¿Existe equidad en participación política?, ¿Hemos eliminado prácticas que refuerzan estereotipos de género?, ¿Como se sienten las mujeres en los espacios públicos?, ¿Hay apertura en las instituciones para hablar sobre perspectiva de género?,   ¿Se ha logrado implementar la transversalidad de género en los gobiernos?. 
El 8 de marzo no es un día para celebrar a las mujeres por el hecho de ser mujeres, no es un día para llevarles flores, así como tampoco es un día en el cual se les tenga que tratar diferente, tampoco es un día en contra de los hombres, es un día para visualizar los problemas reales de las mujeres, reflexionar sobre lo que han logrado y lo que falta por hacer. Por eso NO quiero que me felicites, prefiero que respetes mis derechos todos los días!

jueves, 14 de febrero de 2013

14 de febrero....Cuando naturalizamos la violencia


La violencia tiene más de un rostro evidente cuando hay gritos y golpes, pero que puede también ocultarse en las formas más sutiles: aquellas en las que hasta podría parecer fuera de lugar nuestra sensación de malestar. Contrario a lo que a veces pensamos, la violencia no implica sólo golpes o insultos, existen otras formas que son justamente las más peligrosas, ya que es mucho más difícil detectarlas en nuestras propias relaciones.    El noviazgo puede ser la antesala de la violencia doméstica, debido a que en esta etapa las y los jóvenes inician su experiencia en las relaciones de pareja aceptadas . En esta etapa es común que la violencia sea disfrazada de amor, lo que la hace prácticamente invisible: los signos del maltrato durante el noviazgo son desconocidos para gran parte de las y los jóvenes, quienes los confunden con muestras de afecto que, en realidad, ocultan conductas violentas.
Así el noviazgo puede convertirse en un caldo de cultivo para las actitudes violentas dirigidas, sobre todo, hacia las mujeres. Los Pellizcos, los celos, las llamadas incesantes, el chantaje emocional, insultos o incluso alguna bofetada son tolerados muchas veces por las adolescentes en nombre del “amor”. Muchas chicas no saben que sufren violencia en el noviazgo porque no cuentan con los instrumentos para identificarla, ya que generalmente se reconoce la violencia física o la sexual, pero no la psicológica o la económica. Es muy común que frases como: “no te vistas así’”, “no quiero que le hables a tus amigas”, “no te lleves con él porque quiero contigo”, “¿no crees que estás muy maquillada?, “demuéstrame tu amor”, se confundan como manifestaciones de amor, cuando en realidad se trata de mecanismos de control. Éstas y otras situaciones aparecen desde el inicio del noviazgo y conforme se desarrolla la relación, paulatinamente cobran mayor intensidad y frecuencia, reproduciendo círculos de la violencia y poder. Actualmente existen tantos mitos acerca del “amor”, tendemos a glorificar que entre más celoso, mas pendiente y más tiempo quiera estar al lado de su novia, entonces, más la quiere. Sí le pide que le hable siempre a la hora que llegue a su casa, si le manda mensajes constantemente y hablan a todas horas entonces socialmente es visto como un hombre enamorado y preocupado por su pareja, en lugar de ser visto como alguien que tiene conductas violentas y que lo único que quiere es tener control absoluto de la vida de su novia. Ojo papás y mamás porque ustedes juegan un rol importante en la formación de sus hijas e hijos, hay que fijarse en focos rojos que les están de alguna manera señalando que algo anda mal.
El patrón de abuso que sufren las mujeres adolescentes en una relación de pareja es similar al que sufre una mujer maltratada adulta. La violencia se presenta en un ciclo llamado “ciclo de violencia” en el cual la mujer se encuentra atrapada. Las diferentes formas de violencia se presentan en este ciclo, ya que el abuso emocional puede estar acompañado de violencia física o violencia sexual. Otra forma de violencia es la famosa “prueba de amor”, muchas veces las jóvenes no se sienten listas de empezar una relación sexual pero se sientan obligadas a hacerlo ya que si no piensan que su pareja las dejará por alguien que si lo haga.
En fin, puedo poner mil ejemplos pero quiero enfocarme a decir que la violencia “se refiere a toda acción u omisión que daña tanto física, emocional y sexualmente, con el fin de dominar y mantener el control sobre la otra persona. Para ello se pueden utilizar distintas estrategias que van desde el ataque a su autoestima, los insultos, el chantaje, la manipulación sutil, presiones para tener relaciones sexuales o los golpes”. Al principio algún comentario incómodo, un jaloneo o una bofetada puede parecer como parte del juego entre los dos, pero luego puede tomar dimensiones tan grandes que incluso se llega a la hospitalización o la muerte. Y ¿Como saber si estás viviendo violencia? Si te hace sentir mal, si te produce un malestar en el estómago como diciéndote que algo no está bien, si tienes miedo de como va a reaccionar, entonces  si vives violencia.  Y ya para terminar, no es que quiera echarles a perder el 14 de febrero, pero si les dejo unos datos que creo merecen atención y reflexión: En nuestro país el 76 por ciento de los/las mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja, han sufrido agresiones psicológicas, 15% han sido víctima de violencia física y 16 por ciento han vivido al menos una experiencia de ataque sexual. (Datos obtenidos de la encuesta realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud). Para ser mas clara en México 1 de cada 3 mujeres sufre o sufrirá algún tipo de violencia en su vida y el 70 por ciento la vivirá a manos de su pareja. 


miércoles, 6 de febrero de 2013

El Acceso a la Justicia De las Mujeres




No es ningún secreto que el acceso a la justicia de las mujeres y en especial las que viven violencia es un camino largo, cansado y poco agradable. Las mujeres que por fin deciden poner una demanda en contra de su agresor muchas veces terminan otorgando el perdón o desistiendo, la sociedad por supuesto las juzga por no haber seguido hasta las últimas consecuencias, las tacha de débiles, de “proteger” a su agresor, dicen cosas como: “¿Quién las entiende?”, “seguro le gusta que le peguen”, “es una masoquista”, etc etc. Poco nos ponemos a pensar realmente lo difícil que es para las mujeres violentadas llevar su proceso hasta las últimas consecuencias, poco nos ponemos a pensar que las mujeres que deciden denunciar son cuestionadas, son re victimizadas, su vida privada es cuestionada pero sobre todo son violentadas por las mismas instituciones que se supone están ahí para protegerlas. Sí, mucho criticamos a las mujeres por no hacen nada por remediar la violencia que viven pero, ¿Realmente es su culpa?, ¿Realmente no quieren salir de una vida donde están en peligro de muerte?, o mas bien no encuentran el apoyo que necesitan para poder hacerlo.

El derecho de las mujeres a vivir libres de violencia y discriminación ha sido consagrado como un desafío prioritario en los sistemas de protección de los derechos humanos a nivel regional e internacional. La promulgación de instrumentos internacionales que protegen el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia, refleja el consenso y el reconocimiento por parte de los Estados del trato discriminatorio que éstas tradicionalmente han recibido en sus respectivas sociedades, lo que ha dado como resultado que sean víctimas y estén expuestas a diferentes formas de violencia, que incluyen la violencia sexual, psicológica y física y el abuso de sus cuerpos. 

Como primer órgano internacional está la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés) ratificada en México en 2002 y de ahí la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer ("Convención de Belém do Pará") el cual es el instrumento más ratificado del sistema interamericano. Todo esto refleja el compromiso asumido por los Estados de adoptar medidas que aseguren la prevención, investigación, sanción y reparación de estos actos, refleja el consenso regional de que la violencia contra las mujeres constituye un problema público y prevalente, meritorio de acciones estatales para lograr su prevención, investigación, sanción y reparación. 

Según un estudio de ONUmujeres: “En todo el mundo, la cadena de justicia se caracteriza por los altos niveles de abandono de casos antes de que estos lleguen al tribunal; del resto, muy pocos resultan en una condena. El abandono es un problema particular en los casos de violación. Sólo el 17% de las denuncias de violación llegaron al tribunal y sólo
4% terminaron en una condena por violación. Cerca de la mitad de los casos fueron
abandonados en la etapa de investigación policial, por lo general debido a que el autor
no fue encontrado. Más de tres cuartas partes de las declaraciones de las víctimas
carecían de la descripción del autor. En más de la mitad de los casos, la orden de
detención del sospechoso tuvo que emitirse dos o más veces antes de que el oficial de
policía encargado de la investigación cumpliera con ella. Uno de cada cinco casos que pasaron a la etapa de procesamiento fue abandonado. Dos tercios de los casos llegaron al tribunal, pero la mayoría fueron desechados por el tribunal antes de llegar a juicio.
De estos casos, 63% fueron retirados por la víctima o la víctima no pudo ser encontrada. En 14% de los casos, la evidencia se perdió o no se obtuvo. Alrededor del 17% de los casos denunciados llegaron al tribunal. Los casos en los que se documentaron las heridas tenían más probabilidades de proceder a juicio y resultar en una condena. El 4% de los
casos denunciados resultaron en una condena por violación, mientras que otro 2% fueron condenados por otros delitos. Del 41% de las condenas susceptibles de merecer cadena perpetua, sólo el 4% (tres personas en total) recibieron esta sentencia”.


Y bueno todas estas convenciones internacionales se oyen muy bien pero el problema radica precisamente en la poca voluntad que existe por prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Pueden existir mil leyes que protejan a las mujeres pero si no hay quien las aplique es como si no existieran. 

En Tabasco de acuerdo con la Procuraduría de Justicia del Estado (2009), del total de querellas por violencia familiar que se registran en el año 2010, -2 mil 300-  en el  80% de los casos las mujeres otorgan el perdón.

Nos encontramos ante un problema de derechos humanos de las mujeres y lo volveré a decir, es necesaria la aplicación de métodos que sensibilicen a la población, el primer paso para esto es entender que la violencia contra las mujeres es un problema grave, de salud pública, social, económico y hasta político que tiene consecuencias graves tanto en la víctima como también en el agresor. No serán suficientes las reformas y los cambios legales, que aunque "mejoren" las condiciones de las mujeres, si no se hace un trabajo de fondo que ataque de raíz el problema. 



jueves, 24 de enero de 2013

Violencia económica


Ya he escrito sobre los tres principales tipos de violencia, o más bien sobre los tres tipos de violencia más conocidos, pero existe otro que aunque sea menos conocido no deja de ser igual de importante y hablo de la violencia económica. 
En la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia está definida como:” toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral”. Por su lado la Ley Estatal De Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia establece que violencia económica es: “toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima, se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de su percepciones económicas”. Prácticamente las dos dicen lo mismo y en palabras sencillas es utilizar el dinero para ejercer poder, control y miedo. Se preguntaran, ¿Y esto, es violencia?, sí porque si partimos de que violencia contra las mujeres es: “Cualquier acción u omisión basada en el género que les cause a la mujer de cualquier edad daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público y que se expresa en amenazas, agravios, maltrato, lesiones y daños asociados al a exclusión, la subordinación, la discriminación y la explotación y que es consubstancial a la opresión de género en todas sus modalidades afectando sus derechos humanos”.

La violencia económica como algunos tipos de violencia psicológica tiende a ser muy silenciosa ya que es naturalizada y aceptada en nuestra sociedad como parte de roles que nos toca desempeñar en una familia como hombres y mujeres, es decir, pensamos que va con el paquete de ser ama de casa y proveedor.
En las familias en donde los roles de género son más arraigados y tradicionales se ejerce este tipo de violencia con mucha más naturalidad, esto se da también por la poca valoración que existe hacia el trabajo que se hace en casa y que lejos de ser reconocido se percibe como: “es que mi mujer no hace nada”, o “mi mujer es una floja”, o las mismas mujeres al preguntarles a que se dedican, la mayoría contesta “a nada, bueno soy ama de casa”. 

Las víctimas son privadas o tienen muy restringido el manejo del dinero y la administración de los bienes, con lo que se crea una situación de estrés en la familia, relacionado con los ingresos económicos. Del mismo modo, el agresor busca  evitar que la mujer tenga acceso a los bienes muebles e inmuebles a los que también ella tiene derecho y le pertenecen.  Así,  muchas veces el hombre pone los bienes a nombre de otra persona como forma de esconderlos. 

No siempre es fácil de detectar pero principalmente hay dos maneras de como el agresor ejerce violencia económica:

  1.  La primera es que él es el proveedor por excelencia, en la casa no falta nada, el refrigerador lleno, todos los servicios pagados, no se debe nada, pero todo es de él. Controla cada peso, supervisa hasta lo que se gasta la mujer  en el salón de belleza, no le da efectivo a su pareja (todo es con tarjeta, pues así vigila y controla los gastos), la vivienda es de él y amenaza con quitarle todo a la mujer y dejarla sin nada, hasta con quedarse con lo hijos, con cualquier pretexto.
  2. La segunda es todo lo contrario. Es aquel agresor que “vive de su mujer”, pero a pesar de que ella mantiene el hogar, éste se atribuye la postura de manejar todo el patrimonio como si fuera dueño absoluto de todo y, de esa forma, fiscaliza y supervisa todos los gastos, ingresos y demás decisiones alternas. El agresor en estos casos lo hace a veces de una manera muy sutil, siempre dice que no tiene dinero, que tiene que ayudar a su madre, que le robaron la cartera, que se le perdió el dinero, que le bajaron el sueldo (nunca dice cuánto gana), algunos incluso tienen sus cuentas y bienes a nombre de otras personas, se hacen de la vista gorda, pues saben que su pareja no va permitir, por ejemplo, que corten la energía eléctrica, o saquen a los niños de la escuela, etc. 

Con esto a lo mejor dirán, “las mujeres también ejercen este tipo de violencia”. Si, probablemente también la ejerzan pero aquí hay que recalcar que hablo de una situación donde hay una víctima y un agresor, donde la finalidad es ejercer poder y daño sobre alguien que el agresor sabe puede controlar y manipular y donde víctima y agresor no están en una situación de equidad. 
Vivimos bajo el esquema: “el que paga manda”, la violencia económica tiene serias repercusiones sobre la autoestima y el empoderamiento de las mujeres. Muchas mujeres se convierten en mendigas en sus propios hogares, al tener que estar pidiendo dinero para cubrir las necesidades básicas de la familia. Entendamos que la desigualdad en términos de relaciones de poder o de participación en la toma de decisiones es una de las causas que mantienen a una sociedad en el sub desarrollo. Hoy más que nunca, la reducción de las inequidades de género contribuiría a establecer una mayor justicia social y mejores condiciones de vida para hombres y mujeres. 

jueves, 17 de enero de 2013

Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual


La semana pasada escribí sobre lo que es la violencia sexual sobre todo abordando una de las maneras en que se perpetran las formas más brutales de violencia contra las mujeres y que es la violación. Queda claro para todas y todos que la violación es un delito grave, sin embargo, y como lo dije la semana pasada vivimos en un mundo en donde se nos enseña a las mujeres a cuidarnos y a no vestirnos de tal o cual manera porque si lo hacemos podríamos ser atacadas en lugar de enseñar simplemente a los hombres a no violar. Ya dicho esto, entonces puedo decir que usualmente se culpa a la víctima en estos casos, ¿Cuantas o cuantos de nosotros no hemos cuando escuchamos un caso de violación no hemos pensado que a lo mejor “ella lo provocó”? O ¿Que hacía en la calle a tal hora? O ¿Que traía puesto?, siendo honestas y honestos yo creo que la mayoría hemos en algún momento pensado así. Y ¿Por qué pensamos así?, creo que tienen que ver con muchos factores sociales y de género y creo que tiene que ver también con minimizar muchas conductas cotidianas que parecen “inofensivas” y otras que no parecen tan “inofensivas” pero las dejamos pasar porque como mujeres a veces sentimos que es lo que viene con el paquete y como hombres piensan que tienen derecho pues los hombres “así son”. Todo esto tiene que ver con lo que conocemos como acoso y hostigamiento sexual, ojo, no son lo mismo y hay que aprender a diferenciar entre una y otra.

Según la Ley General de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia al  hostigamiento sexual como:  “el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”. Entonces cuando alguien se aprovecha de la posición que tiene para acechar a alguien es considerado hostigamiento sexual, esto se da mucho en los lugares de trabajo. 
Sé de muchos casos de mujeres que se sienten incómodas porque un jefe las hostiga y cuando se quejan rara vez encuentran una respuesta adecuada, al contrario, las revictimizan, haciéndolas sentir responsables de la situación que viven, las cuestionan sobre su manera de vestir y sobre su pasado, sobre si cuantas parejas ha tenido, etc, etc. Cuando les va bien, al agresor cuando mucho lo único que harán es cambiarlo de área. El agresor generalmente es protegido en estos casos, y ¿Por qué? Pues porque vivimos en un mundo en donde no se nos hace para tanto pues “es hombre y los hombres así son”.

El acoso sexual se define como: “una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos”. Esto es cualquier situación que te haga sentir incómoda y que te sientas en riesgo de que algo te podría pasar. Pongo el ejemplo del cuál escribí ya hace varios meses de una mujer que era acosada sexualmente por un empleado del edificio de enfrente de donde vivía que le gritaba obscenidad y media cuando salía a la calle o desde su lugar de trabajo la espiaba. La mujer fue a poner una denuncia al MP en el Distrito Federal y le dijeron que a menos que esta persona no le hiciera nada no podían proceder, ella asustada sube un video a twiter donde explica su situación y bueno el video creo que dió la vuelta en todo México, finalmente si atendieron su caso las autoridades pero su actuación fue prácticamente nula y creo que al final ella optó por cambiarse a vivir a otro lado. Aquí lo desafortunado es que como sociedad tendemos a minimizar el acoso sexual, a menos que no exista una violación o un intento de hacer daño, se le da poca importancia, a las mujeres inclusive se nos tacha de exageradas y pues ante esto lo más probable es que nos quedemos calladas, o que aceptemos como “natural” que el caminar en la calle, subirse al metro, subirse a un taxi, tomar el camión, etc etc, será motivo de que a lo mejor seremos violentadas. 

El hostigamiento y acoso sexual son delitos,y cuando digo delito es porque el pleno de la Cámara de Diputados aprobó reformas al Código Penal Federal por las cuales se sanciona hasta con cuatro años y medio de cárcel, claro que por ser considerado como un delito “no grave” la persona tiene derecho a salir bajo fianza pero el punto aquí es, que no se debe minimizar y no se debe ver como algo “natural”, la Ley General de Acceso De las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia inclusive tiene un estatuto de poder solicitar una orden de “no acercamiento”. El hostigamiento sexual debe ser un punto para correr del lugar de trabajo a cualquier agresor, pueden haber mil leyes que protejan a las mujeres, de nada sirven si no hacemos consciencia de lo mucho que naturalizamos y minimizamos algunas prácticas de violencia sexual, no porque no sea violación quiere decir que no tenga importancia, no por ser mujeres tenemos que aguantar hostigamiento o acoso sexual sólo porque creamos que es lo que nos toca y NO por ser hombres tienen derecho a violentar sin ninguna consecuencia.

jueves, 10 de enero de 2013

"NO me digas a mí como vestirme, diles a ellos que NO violen"


Según la Ley General de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia la violencia sexual se define como: “cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto”. En efecto, en el ejercicio de la violencia sexual se plasman relaciones de poder que se ejercen en el cuerpo de las mujeres, de esta manera, se convierte a la sexualidad y a la capacidad reproductiva de las mujeres y a sus cuerpos en un espacio sobre el que se perpetran las formas de violencia más brutales. 
Utilizando internet como principal herramienta para recabar información sobre casos de violencia contra las mujeres, me doy cuenta que la violencia sexual no se presenta de manera aislada ni intermitente, es decir, es una constante de países tanto de primer mundo como en desarrollo, en países donde hay guerra y donde hay paz, donde existe democracia y donde no la hay. 
Solemos pensar que las mujeres están rezagadas en países lejanos como en Africa o en Asia, pensamos que las mujeres que viven en países de primero mundo siempre son escuchadas cuando sufren algún tipo de violencia, sobre todo sexual; si bien entre más avanzado es el país y la sociedad, la brecha de desigualdad de género se cierra y por lo tanto las mujeres tienen mejor acceso a la justicia hay algo que permea y es que de alguna u otra manera se responsabiliza a la víctima.
La sanción social contra las mujeres que denuncian su caso ante el sistema judicial es especialmente aguda en los casos de violencia doméstica y sexual, siendo éste el único delito en el cual se juzga más a las víctimas que al agresor, donde se ven expuestas a un procedimiento penal en el cual su vida es motivo de investigación y escrutinio, donde son cuestionadas por su “participación” en el delito, donde su pasado es motivo de investigación y donde entran en juego los estereotipos y el honor de las mujeres. En muchos casos son rechazadas por su familia y su comunidad, y en consecuencia, la mejor defensa del imputado consiste en atacar a la víctima por "provocativa", por "libertina", por "ser mujer de hábitos sexuales promiscuos", por "no ofrecer verdadera resistencia", por “no haber dicho que NO con suficiente firmeza”, por “haber coqueteado con él”. 
Sólo hace falta darse una vuelta por los juzgados, leer notas en el periódico sobre casos de violencia sexual, ver los noticieros o platicar con alguien víctima de este tipo de delito para darse cuenta que la que sale pediendo y la que sale juzgada es precisamente la víctima. Por todo esto, no es de extrañar que las mujeres eviten acceder a la cadena formal de justicia, los obstáculos institucionales exacerban estas presiones y presentan barreras adicionales para el acceso de las mujeres a la justicia. De hecho está comprobado en un estudio por ONU mujeres (El Progreso de las Mujeres en el Mundo) que son muy pocos los casos de violencia sexual a nivel mundial que terminan en sentencia y que más del 60% de los casos se quedan en el camino precisamente porque las instituciones le fallan a las víctimas, es más fácil que una mujer reporte un robo que una violación; según la ONU cada 15 segundos en el mundo una mujer es atacada.
Directo o indirectamente la sociedad enseña a las mujeres a que estén alertas para No ser atacadas o violadas pero no enseñan a los hombres a no violar, a no atacar o a dejar de ver a las mujeres como objeto. Cuando digo esto me refiero a la naturalización que hay entorno a la violencia sexual y la insistencia de preguntarse: “¿Y como iba vestida?”, “¿Para qué se viste así?”, ¿”Es que ella lo provocó pues estuvo coqueteando?”, “¿Que hacía sola a esas horas?”, “¿Para que se sube a un Taxi en esa colonia?”. Con esto no quiero decir que todos los hombres son unos depredadores sexuales, lo que quiero mas bien es señalar que a veces sin darnos cuenta culpamos a las víctimas, naturalizamos la violencia sexual y lo hacemos de una manera muy natural y colectiva. 
Me viene a la mente el caso reciente que sacudió a la India, el caso de Amanat, en el cual una joven de 23 años que iba acompañada de su novio fue violada por seis individuos en un camión de regreso del cine; el caso en el Estado de México reciente en el cuál seis mujeres fueron violadas cuando unos asaltantes tomaron como rehen un camión de pasajeros y dieron vueltas en el Valle de México por varias horas; el caso de una niña de 11 años que sufrió una violación tumultuaria y los periódicos incluyendo el New York Times responsabilizaron a la víctima por salir sola con alguien de mas edad; y como esos mil casos.
El problema real de la violencia sexual es que no hay cifras reales pues la mayoría no lo reporta, las que lo reportan son cuestionadas arduamente y en general salen perdiendo y que como sociedad hemos tolerado y naturalizado la violación responsabilizando a la víctima. Simplemente la ya muy famosa “Marcha de las Putas” nace a raíz de que unos policías canadienses dando una plática de seguridad personal le dijeron a un grupo de estudiantes que si no querían que las atacaran lo primero que tenían que hacer es no vestirse como putas. De ahí el mensaje que estamos dando y que debía ser al revés: “NO ME DIGAS A MI COMO VESTIRME, DILE A ELLOS QUE NO VIOLEN”.