La violencia contra las
mujeres es mucho más cotidiana de lo que nos queremos dar cuenta, en México 1
de cada 3 mujeres sufre o ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su
pareja y en el mundo una mujer es agredida cada 15 segundos. Con estas simples
cifras podemos ver que es mucho más común de lo que como sociedad nos
permitimos aceptar. Entonces ¿qué está pasando?, ¿por qué aún y cuando hay
leyes específicas que protegen a las mujeres la violencia contra ellas no
para?, ¿por qué aunque existan programas específicos que atacan este problema,
las cosas no cambian mucho?, yo lo puedo explicar con una simple palabra:
“desinformación” , desinformación sobre el tema.
La violencia psicológica es el tipo de violencia
más común, puede o no estar acompañada de violencia física o sexual y
generalmente es la primera que se instaura en la relación, también la más
difícil de detectar ya que goza de aceptación
social. Se puede llamar “silenciosa” e indetectable por que la víctima
muchas veces no identifica que lo que vive es violencia y también por que como
no presenta signos o síntomas físicos pasa completamente desapercibida.
El hecho de que este tipo de violencia goce de aceptación social y sea minimizada más
frecuentemente con comentarios como: “bueno pero NO te pega así que aguántate”
no quiere decir que cause menos daños a la víctima, al contrario, está
demostrado que las mujeres que viven violencia psicológica presentan serios
daños emocionales y físicos.
Encontramos en la violencia psicológica todo tipo
de amenazas e insultos, humillaciones en público como en privado, gritos y
comentarios burlones y poco respetuosos donde luego se acusa a la víctima de no
tener sentido del humor, o no saber bromear, en ocasiones mostrando delante de
todos como es de buen marido, como se preocupa por ella, celos excesivos,
control del tiempo y el espacio, acecho psicológico, prohibición de ciertas
amistades y todo esto acompañado por
comportamientos donde la víctima se siente intimidada, observada, se le revisan
sus pertenencias, e incluso pueden incluso ser destruidas, se le revisa su
celular las llamadas que recibe y que hace; su correo, con quien chatea, es
invadida en su privacidad.
Cuando se requiere tomar decisiones que afectan a
la pareja o a la familia no se le tiene en cuenta o se le manifiesta
abiertamente un desprecio hacia ella y se le culpa de ser la causante de los
problemas de pareja, de relación y de familia.
La víctima puede desarrollar síntomas como: baja
autoestima, depresión profunda, malestar físico, ansiedad, dolores de cabeza
crónicos como migraña, hipoglucemia, artritis, enfermedades gastrointestinales,
entre otras.
Quiero recalcar que en la violencia psicológica no
es necesario que existan insultos e humillaciones evidentes, no necesitan haber
gritos, es tan silenciosa que el que la ejerce puede parecer ser el hombre y
marido perfecto y sin embargo estar causando daño emocional y físico extremo a
su pareja. Finalmente el objetivo es humillar, menospreciar y hacer que la
pareja se sienta menos para que así sea mucho más difícil para ella salir del
ciclo de violencia.