lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Coco Chanel, Feminista?



El otro día vi la película “Coco antes de Chanel” (Coco avant Chanel), no se si la han visto pero en resumen trata de la historia de Coco Chanel desde que era niña hasta que funda la casa Chanel. Lo que la mayoría sabemos de esta mujer es que lleva el nombre de una marca de ropa y accesorios de alta costura, sabemos que su nombre es sinónimo de elegancia, sabemos que era francesa y sabemos del famoso traje Chanel, lo que también acabo de descubrir es que Coco Chanel fue feminista. Claro, no fue de las que promovieron el voto femenino, nunca salió a las calles a pelear por los derechos de las mujeres, jamas se le escuchó hablar del movimiento feminista si quiera, pero Coco Chanel fue feminista. 

¿Por qué lo digo? El feminismo lo podemos definir como “un movimiento que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión y  dominación por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera”, y más sencillamente es un movimiento que busca la igualdad entre hombres y mujeres. 

Años antes de que lucharan las mujeres para el derecho al voto en Francia, Coco Chanel sin saberlo y sin quererlo buscó a través de la moda la igualdad entre los hombres y las mujeres; liberó a las mujeres de la ropa incómoda, poco práctica y restrictiva. En la película se puede observar lo mucho que sufrían las mujeres con la ropa de aquella época y Chanel decidió hacer algo al respecto, eliminó los corsés de su guarda ropa e hizo lo mismo en sus diseños, utilizó camisas, pantalones, sacos, pijamas de su amante y les dio un toque personal y femenino, fue de las primeras mujeres en utilizar pantalones para poder montar y modificó atuendos tradicionalmente pensados para hombres. Introdujo el término “casual chic” lo que dio espacio a las mujeres de verse cómodas pero elegantes, siluetas sencillas que permitían moverse con facilidad a las mujeres, telas que en verano no fueran calurosas, aún conservando la elegancia que era tan importante en aquella época. Ella misma vestía con atuendos poco tradicionales y masculinizados con toque femenino. En pocas palabras liberó a las mujeres, las liberó a través de la moda.

Chanel también rompió con estereotipos de género tradicionales ya que nunca se casó por decisión propia, nunca tuvo hijos, vivió una vida sexual sin restricciones, fue una creyente de que podía vivir su vida como quisiera y que el hecho de ser mujer no debía importarle a nadie. Su personalidad, carisma, ingenio, sexualidad y talento hicieron que la niña huérfana que fue algún día se convirtiera en uno de los iconos de la moda más famosos de la historia. Una mujer que fue muy criticada por su vida personal y admirada por lo que logró en el terreno laboral, que sin pensarlo logró enseñarle a las mujeres que en la moda podían escoger comodidad, simplicidad y masculinidad y aún conservar su feminidad y sexualidad.  

Me di cuenta que hay iconos feministas en todas partes, mujeres que ni vemos como tal pero que lo fueron o lo son. No veamos al feminismo como algo negativo porque no lo es, se trata de encontrar igualdad entre hombres y mujeres y podemos luchar desde varias trincheras y de diferentes maneras para lograrlo, a lo mejor tu eres feminista y ni lo sabes.


jueves, 20 de septiembre de 2012

¿Empoderamiento o Violencia?


Hace unos días platicaba con una amiga muy querida y experta en el tema de género y violencia contra las mujeres acerca del empoderamiento de las mujeres, específicamente casos en los que las mujeres en una relación ejercían ya con violencia sus derechos. El punto era, ¿una mujer aparentemente empoderada ejerce violencia para reclamar sus derechos?

Primero que nada quiero empezar con definir que es esto de “empoderamiento de las mujeres”; fortalecer o empoderar hace referencia a permitir a la gente tomar el mando de su propia vida. En el caso de las mujeres, el empoderamiento hace hincapié en la importancia de aumentar su poder y de tomar control sobre las decisiones y problemáticas que determinan su vida. Se trata de un término que se escuchó por primera vez en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Así que en pocas palabras es el proceso de construir las condiciones para que las mujeres asuman el control sobre sus vidas.

Y estando claras y claros con el término ahora sí regreso a la pregunta; ¿Empoderamiento o violencia?, me decía mi amiga que habría que explorar la relación en su totalidad pues aunque nunca es justificable el uso de la violencia existen muchas mujeres que creen que la palabra “empoderamiento” es sinónimo de violencia, cuando no es así. Una mujer empoderada tendrá la capacidad y el acceso a tomar sus propias decisiones, es decir, es dueña de su vida. Para nada será ahora la que ejerza violencia dentro de su casa, mas bien, buscará la manera de vivir en un espacio más igualitario que antes, viviendo y conviviendo de manera diferente.

Entonces ¿Que pasa?, ¿Por qué las mujeres tomamos actitudes o totalmente sumisas o “disque empoderadas”?, ¿Como llegar a un punto medio?, primero que nada hay que entender que hay muchos tipos de empoderamiento (económico, político, social, intelectual) y que ser una mujer empoderada: no es ser igual o más violenta que lo hombres, no es ser bien cabrona, tampoco es no querer volver a levantar jamás una escoba o lavar platos, no es echar en cara a los hombre por la opresión histórica en la que hemos vivido las mujeres (pues hay hombres ni nos oprimen, y ni nos violentan), no es poder más que ellos, ni saber más que ellos, tampoco es controlar totalmente la economía familiar, ni ser la que decide siempre todo, ni un día levantarse y decir “no vuelvo a planchar una camisa o a servir una comida”, ¿Les checa algo de lo que dije?temo decirles que entonces No están empoderadas.

¿Entonces?, ¿Como le hacemos? Porque aparte están las mujeres que usan el “empoderamiento” para ejercer una cierta ventaja sobre el hombre, es decir: 
  1. Trabajan y ganan dinero pero no aportan nada al hogar, o sea que fomentan el estereotipo de género de que el hombre debe ser proveedor.
  2. Exigen de manera violenta que no quieren ocuparse de las labores domésticas.
  3. Si son amas de casa entonces deciden tener su casa patas para arriba pues “es parte de la liberación femenina”.
  4. Exigen igualdad pero quieren seguir siendo protegidas y mantenidas.

Y podría irme con muchos ejemplos más, aquí el punto es que debemos estar conscientes de que es lo que exigimos, que hacemos para lograrlo y sobre todo que empoderamiento no es igual a violentar a los/las que están alrededor de mí. Recordemos que el feminismo es un movimiento que busca la igualdad entre mujeres y hombres, lo busca a través del empoderamiento de las mujeres, no a través de la sumisión de los hombres, no a través de la violencia. 

Existe una línea muy delgada que difícilmente la vemos porque desafortunadamente nuestra sociedad se rige por principios patriarcales y en ellos está la opresión de las mujeres, entonces cuando una mujer decide “ya no más”, sea un día que esté cansada de recibir violencia o sea una mujer que inconscientemente lo hace por su propia historia comienzan entonces a adoptar prácticas patriarcales. No confundamos el empoderamiento con violencia, el hacerlo hace que demos pasos para atrás en lugar de para adelante en la lucha por la igualdad de los derechos de las mujeres.

jueves, 13 de septiembre de 2012

"No se nace mujer, se llega a serlo"


"No se nace mujer, se llega a serlo", esta frase la hizo famosa una de las mujeres feministas más importantes del siglo XX, Simone de Beauvoir, quien fue una novelista y filósofa francesa que escribió sobre temas políticos, sociales, filosóficos y  sobre el papel de las mujeres en la sociedad y la  construcción del rol y la figura de la mujer. ¿Por qué comparto esta frase?, me tocó dar una clase sobre violencia familiar en un diplomado y uno de los temas principales a tratar es el género, pues es desde la construcción del mismo donde se empiezan a hacer las diferencias entre hombres y mujeres. Podríamos decir que a partir de estas diferencias a la mujer se le va dando una posición de desventaja con respecto al hombre.

Antes de que salten y digan: “eso no es cierto las mujeres NO somos inferiores, NO estamos en desventaja ”, aclaro que hablo de una realidad social en la cual hemos asumido ciertos roles que en nuestra sociedad mexicana vemos al hombre como el principal proveedor del hogar (por lo tanto el jefe de familia) y a la mujer como ama de casa, aunque bien esto ha cambiado y no en todas las familias es lo mismo, el fondo sigue siendo el mismo ya que por más diferentes que seamos o queramos ser, socialmente, de estos “estereotipos nadie se salva”. 

Al principio de la sesión siempre hago un ejercicio en donde les digo que hagan una lista de las diferencias biológicas y sociales de los hombres y las mujeres, lo pegamos en la pared y lo discutimos. Lo que me asombra ver es lo muy poco claras que tenemos estas diferencias, por mas que sepamos que las mujeres y los hombres tenemos diferencias sexuales evidentes, estamos programadas y programados para pensar que la mayoría de los roles sociales que se nos asigna son naturales, o sea, son características biológicas.

Por ejemplo, no falla que siempre pongan del lado de las características biológicas de las mujeres ser buenas madres, sumisas y que saben hacer cualquier tarea que tenga que ver con labores domésticas. En el caso de los hombres no falta que pongan en la misma categoría que son fuertes, violentos, infieles y proveedores. Y yo pregunto ¿Cual de estas características es biológica? Ninguna, lo sabemos y sin embargo parece que en automático pensamos que ser mujer es igual a buena madre y sumisa; y ser hombre es igual a proveedor y fuerte.

Es necesario establecer distinciones entre sexo y género. El concepto sexo se refiere a las diferencias y características biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos que los definen como hombres o mujeres; son características con las que se nace, universales e inmodificables. En cambio el género es el conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales, que se construyen cada cultura y momento histórico con base en la diferencia sexual.

En esto quiero ser muy clara, el papel o rol de género se construye con el conjunto de normas y costumbres que dicta la sociedad sobre lo que deber ser el comportamiento femenino o masculino. Aunque bien esto puede variar de una cultura a otro, de un grupo social a otro e inclusive el estrato generacional, el punto es que se puede sostener como dice Martha Lamas “una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva: las mujeres paren a los hijos y, por lo tanto, los cuidan: ergo, lo femenino
es lo maternal, lo doméstico, contrapuesto con lo masculino, que se identifica con lo público. La dicotomía masculino-femenino, con sus variantes establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función de su adecuación al género”. 

El hecho de que las mujeres y hombres seamos diferentes anatómicamente nos hace creer que nuestros valores, cualidades intelectuales, aptitudes y actitudes también lo son.   
¿Que tanto asumimos esto como cierto?, los roles de género finalmente son aprendidos y los podemos modificar, ¿Que tan dispuestos o dispuestas estamos para hacer estos cambios?, no lo sé. Las diferencias biológicas no deben convertirse en desigualdades sociales ya que limitan una convivencia de igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos sociales.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Mujeres ni Juntas ni Difuntas


¿Alguna vez han escuchado elrefrán “mujeres juntas ni difuntas”?,parte de laidea machista de que las mujeres tienen fama de confabuladoras y de chismosas,por lo que no se considera bueno que se junten. Además, existe el prejuicio deque las mujeres no pueden ser buenas amigas, por lo que, si se juntan, acabandiscutiendo. Pero ¿será que es sólo una idea machista o en realidad si lasmujeres somos nuestras peores enemigas y críticas?, por que yo puedo decir conseguridad que tengo muy buenas amigas, que en mi grupo de amigas nos apoyamosmucho y nos unimos más cuando alguna está pasando por un mal rato; pero ¿estoquiere decir entonces que ya rompimos estereotipos? Por supuesto que no.
Independientemente de que las mujeres podamos ser buenas amigas, seguimossiendo muy violentas contra otras mujeres. Cuando apenas empecé en esto delestudio de género y de atención a mujeres que viven violencia obviamente notenía ni idea de nada de lo que hoy sé, muchas veces juzgué y culpé a algunamujer por vivir violencia, muchas veces me escuché decir: “está ahí por quequiere”, “lo que pasa es que le gusta que le peguen”, “algo hizo para que lepegaran”. También tengo que confesar que no me hacía gran cosa la violenciacontra las mujeres, lo veía como algo aislado y que no pasaba con granfrecuencia, obviamente tampoco tenía idea de que existen muchos tipos deviolencia y de que existe un ciclo de violencia que hace que la mujer no puedasalir de su situación por mas infeliz que sea.
Hoy tengo una idea mucho más clara y mucho mas real de lo que viven algunasmujeres, por lo que también vivo un poco mas atenta a los comentarioscotidianos que atentan contra la igualdad entre mujeres y hombres, comentariosque reproducen estereotipos de género. Primero que nada, para mí es muy comúntoparme con mujeres que no están de acuerdo para nada en que promueva laigualdad entre mujeres y hombres, escucho comentarios como: “si la vida esasí”, “hay no que flojera tenerme que poner a trabajar y ser igual”, “prefieroque no seamos iguales y que me mantengan”, “hay, esas feministas radicales”.Eso es en cuanto a que hay mujeres que están absolutamente en contra de ideasfeministas, que piensan que les van a quitar su identidad como mujeres y que estánmuy cómodas siendo esposas, mamás y amas de casa. Nadie les está diciendo locontrario, aquí el punto es vivir en igualdad de circunstancias con el hombre,no importa si son amas de casa o profesionista, vuelvo a decir que el punto esla igualdad en toda la extensión de la palabra.
Otro punto importante a tocar es que escucho muchas veces las peorescríticas a mujeres viniendo de mujeres: “es una zorra”, “es una puta”, “semetió con él”, etc, etc. Ustedes nada mas fíjense en una reunión donde hayvarias parejas y llega una mujer soltera, guapetona, atractiva, la primerreacción de las mujeres es o hacer algún contacto con su pareja (si lo tienencerca físico como agarrarle la mano, o si lo tienen lejos una  mirada) o voltearla a ver de pies a cabezacon mirada retadora. Así vivimos mujeres, los hombres por supuesto que se dancuenta porque me lo han dicho muchas veces. ¿por qué nos tenemos tanta desconfianza?,¿si saben que para que exista una infidelidad es cosa de dos?, a nadie se “lemete” una mujer si no quiere, a nadie y finalmente el que está rompiendo unapromesa es la pareja no la mujer que disque se le metió. ¿por qué estamosdispuestas a perdonar una infidelidad de él pero a ella nunca la perdonamos?, ¿NI JUNTAS NI DIFUNTAS?.