jueves, 28 de junio de 2012

¿Problema de Pareja o Violencia?

Como ya he dicho muchas veces en este espacio la violencia contra las mujeres es un problema serio que nos afecta a todas y a todos, desafortunadamente la mayoría de las veces ni siquiera somos capaces de nombrarlo como tal y mejor decimos que son “problemas de pareja” y que pronto se arreglarán. Esta tendencia a minimizar y naturalizar la violencia contra las mujeres existe por los mitos y creencias que como sociedad hemos creado y que si bien hoy en día violentar a una mujer es considerado un delito, ¿Cuantas mujeres son maltratadas y nunca han ido a denunciar a sus parejas?, ¿Cuant@s de nosotr@s sabemos de alguien que vive violencia y no hacemos nada al respecto?, ¿Cuant@os de nosotr@s hemos culpado a la víctima y no al agresor?.
Por mas que queramos llamarlo a veces de otra manera, el punto es que la violencia de pareja y contra las mujeres no puede ni debe ser visto como un “problema” que se resolverá en algún momento simple y sencillamente porque primero que nada se está cometiendo un delito y está penado por ley y segundo porque las y los involucrados corren peligro hasta de muerte en un caso extremo de violencia, y digo de muerte porque en un episodio de violencia las cosas pueden salirse de control en un segundo.
Un problema de pareja so soluciona en un ambiente en donde ambas partes pueden tener un diálogo de respeto en el cual la opinión de ambos se tomará en cuenta para que puedan llegar a un punto medio y resolver sus diferencias, se hace en igualdad de circunstancias. Son situaciones que en caso de ser necesario podrían acudir a una terapia juntos que les ayudara a superar estas diferencias. 
Cuando hay violencia en la pareja, no hay igualdad de circunstancias y no existe un diálogo de respecto. Vivir violencia significa para muchas mujeres ser prisioneras en su propia casa, significa que deben estar alertas porque en cualquier momento pueden recibir una agresión, significa adaptarse a su medio para poder sobrevivir. Muchas veces me han preguntado que ¿Que es lo que pasa por la mente de una mujer que vive violencia?, ¿Por que se quedan con sus agresores?, y bueno como ya he explicado en este espacio hay algo que se llama el ciclo de violencia y que tiene tres fases: 1. Acumulación de tensión, que es todas las situaciones externas que hacen que el agresor ejerza violencia; 2. El episodio violento, que puede ser físico, psicológico o sexual; 3. Luna de Miel, que es cuando el agresor pide perdón, la pareja lo perdona pues piensa que si le echan ganas las cosas pueden cambiar y vuelven después de algún tiempo a la fase 1, luego 2 y luego 3 por años y años. Lo que quiero explicar es que muchas veces las mujeres no pueden salir de este ciclo de violencia porque ellas están en el entendido que es un “problema de pareja”, que si le echan las suficientes ganas las cosas pueden cambiar, se aferran a la idea de que el agresor va a cambiar si a lo mejor los dos van a terapia, aparte de que en su entorno familiar y social no hay quien falte que les diga que: “el matrimonio no es fácil”, “esos problemas se resuelven con el tiempo”, “es que los hombres son violentos por naturaleza, pero ya va a cambiar”, “lo tienes que ayudar a que cambie”, etc, etc. 
Entonces finalmente se quedan con la idea de que sí las cosas pueden cambiar y que juntos tienen que encontrar la solución; y no estoy hablando de casos extremos de violencia, estoy hablando de situaciones en las que hay y existe violencia muy clara pero que es minimizada porque como a lo mejor no le deja un ojo morado, o a sólo le dio un empujón, o sólo fue una cachetada, o sólo le dijo cosas horribles. 
Entiendo que muchas mujeres y hombres no están preparados para llamar las cosas por su nombre, pero ¿Hasta cuando?, ¿Hasta cuando seguiremos diciendo que es un “problema de pareja”?, ¿Hasta cuando entenderemos que lo que viven las mujeres que viven violencia en cualquiera de sus manifestaciones y grados sufren? Y para contestar la pregunta de que ¿Por qué las mujeres no salen de su situación si tanto sufren? Pues porque si constantemente escucha de sus redes de apoyo que le eche ganas, que busque terapia, que no se dé por vencida y sobre todo que “esos son problemas de pareja”, no le quedará mas opción que vivirlo como tal y jamás entender que lo que vive es violencia, que su vida corre peligro y que tiene derecho a vivir de otra manera.

viernes, 15 de junio de 2012

#cuchicuchi


Josefina:
Hola, soy una mujer tabasqueña preocupada por mi país y por mi Estado. He seguido muy de cerca las campañas políticas porque quiero ejercer mi voto informada. No voy a negar que soy pro AMLO y lo soy desde hace mucho tiempo, pero si te quiero decir que el que tu estuvieras en la contienda presidencial y muy bien ubicada en las encuestas al inicio del proceso de alguna manera hizo que me interesara más en analizar bien las propuestas que cada candidato y tu tienen como agenda política.
Siendo mujer y además siendo feminista estoy muy atenta a todo lo que tenga que ver con género y la igualdad entre mujeres y hombres. Obviamente hay muchos temas que interesan al país y sé que el género NO es una prioridad cuando lo primero que hay que atender en un país en el cuál  según CONEVAL el 47% de la población vive en situación de pobreza, sé que primero se debe atender lo primero. Sin embargo el tema de género y de la violencia contra las mujeres es muy importante, sobre todo si nos quieren vender la idea que como representamos un poquito mas de la mitad del padrón electoral pues podemos ser las mujeres quienes decidamos el 01 de julio quien se queda y quien se va. He estado muy muy atenta a las campañas y sobre todo he estado muy atenta a como manejan el tema los candidatos y tú de género pues es el que me interesa, ya que tengo experiencia en el trabajo con mujeres que viven violencia, aparte de estudios en la materia. Realmente pensé que ibas a manejar un discurso “diferente”, aparte de que ese es el lema de tu campaña, y cuando te digo que esperaba de ti un discurso “diferente”, me refiero a uno en el que utilizarás el género para empoderar a las mujeres que te escuchamos. Cuando empezó tu campaña me di cuenta que no iba por ahí, que no traías una agenda ni feminista ni de equidad de género y que mas bien tu agenda era otra, hasta ahí íbamos bien, digo bien en el sentido de que acepté que lo tuyo no era ser feminista. Luego vino la desafortunada frase: “voy a ser una presidenta con falda, pero con muchos pantalones”, cuando la escuché dije: “chin, no sólo no es feminista si no que es mujerista, está reforzando los estereotipos tradicionales de género”. ¿Que hay de malo en esta frase?,¿pues que lo diga una mujer candidata a presidenta de un país? Tiene todo de malo; primero porque estas mandando el mensaje que sólo con pantalones se puede gobernar bien, o sea, solo los hombres son capaces de hacerlo y segundo porque estás negando tu condición de mujer queriendo tener muchos pantalones. Ya ahí estaba medio decepcionada con tu discurso, y no porque fuera yo a votar por ti (mi voto ya está decidido), si no por las millones de mujeres que te escuchaban y a las cuales les refuerzas día con día cada vez que abres la boca estereotipos que hace más difícil su empoderamiento y desarrollo. 
Seguiste en esta línea y has seguido a lo largo de tu campaña reforzando patrones patriarcales en donde hablas de que somos las mujeres quienes vamos a decidir esta elección pues nosotras somos el motor de las familias y del hogar, que es nuestra responsabilidad convencer a nuestras familias de votar por ti. También la señora Wallace (otra mujerista) fue todavía mas allá a decir que como tú eras madre, pues entonces ibas a cuidar a nuestras familias. ¿Si sabes que las mujeres no somos mejores por ser mujeres?, ¿Si sabes que no todas somos buenas administradoras?, ¿No todas somos madres?, es mas para acabar pronto, no todas somos buenas. Hay mujeres delincuentes, hay mujeres que no son buenas madres, de hecho hay quienes han asesinado a sus propios hij@s, hay mujeres que han vendido a sus hij@s por dinero, hay madres que protegen a sus parejas aún sabiendo que están abusando sexualmente de algunas de sus hij@s, en fin hay mujeres de todo tipo.
Ya había aceptado que no eras una candidata feminista, pero si me preocupa que seas SEXISTA, ¿Por que lo digo? Hoy me levanté con la noticia de un discurso que diste a un centenar de mujeres y donde les dijiste: “hay que salir a votar (por el PAN), hay que votar temprano, hay que llevar a la familia, a las parejas, y hay de aquella pareja que no vaya porque no le hacemos “cuhi cuchi” en un mes”. Te juro que cuando leí en mi twitter no lo creí, pensé que era guerra sucia o que habían hecho mal uso de tus palabras y por eso antes de opinar al respecto tenía que informarme, y pues que me informo que confirmo que si lo dijiste y que ahora si me gana la emoción.
Me enoja, si me enoja mucho porque estás condicionando la sexualidad de las mujeres, ¿Si entiendes lo grave?, ¿Si entiendes lo grave en un país en donde 6 de cada 10 mujeres sufren o han sufrido de algún tipo de violencia sexual?, ¿Sabes que en este país hay mujeres que son violadas por sus parejas y no saben que es un delito?. 
Pero aparte de enojarme mas que nada me preocupa, y no me preocupa ni por mí, me preocupa por el mensaje que dejas a las miles de mujeres que te escuchan y a las cuales les refuerzas día con día estereotipos tradicionales de género que impiden su desarrollo y su empoderamiento. Al reforzar estereotipos contribuyes a que la violencia contra las mujeres se naturalice y se invisibilice, ¿Como?, si tu día con día manejas discursos “machistas” en los que dices que las mujeres son las primeras en levantarse y las últimas en acostarse, que son el eje del hogar, que son las que tienen doble y triple jornada, que por ser madres son buenas administradoras y que son las mujeres las que te deben hacer presidenta y aplaudes su situación, lo único que haces es reafirmarles que así es como debe ser, las mujeres en la doble jornada, al cuidado de la familia y los hij@s, encargándose de las labores domésticas y aguantando vara. En cuanto mas rígidos sean los patrones de género se naturaliza más la violencia contra las mujeres. Por eso digo que aunque no ganes estás haciendo un daño grave, muy grave al desarrollo de las mujeres, no estás ayudando en nada y al contrario, estás mandando un doble mensaje que mas o menos dice: “mujeres, nos toca cuidar, nos toca sufrir, nos toca aguantar, nos toca convencer a nuestras parejas a como dé lugar, inclusive prostituyéndonos”. 
Como candidata los ojos de todo México están puestos en ti y lo que dices diario lo escuchamos tanto mujeres como hombres. Yo puedo tener la capacidad para saber que lo que estás diciendo se llama SEXISMO y atenta contra la vida en equidad por la que luchamos muchas mujeres, pero ¿y las que no?, ¿Las que se quedaron hoy con la idea de que su sexualidad no es para ejercerla libremente si no para obtener algo?, ¿Y las que han sido violadas por sus parejas?, ¿Y las que viven o han vivido violencia sexual?, ¿Las mujeres que son violentadas y que no pueden salir de su ciclo de violencia porque no encuentran las herramientas para salir?, todas ellas igual que yo te escuchan Josefina.
ATTE. PACHELA GAUDIANO ROVIROSA 



jueves, 14 de junio de 2012

Feliz Día del Padre


La idea de celebrar el día del padre se le ocurrió en 1909 a una mujer llamada Sonora Smart Dodd, de Washington. Esta mujer quería homenajear a su padre quien era un veterano de la guerra civil llamado Henry Jackson Smart que enviudó cuando su esposa murió durante el parto de su sexto hijo y, a partir de ahí, se hizo cargo de la crianza de los niñ@s cumpliendo rol de padre y tratando de cumplir el de madre, y como el señor Smart había nacido el 19 de junio, ella propuso el día de su cumpleaños para conmemorar este día. En México el día del padre se celebra el tercer domingo de junio y si bien no es ni la mitad de rentable comercialmente como el “día de las madres”, tampoco pasa desapercibido.
Para nadie es novedad que los tiempos han cambiado, que las mujeres luchan por espacios fuera del hogar y que poco a poco han ido ganando terreno en lo público y conservando ya su lugar en muchos casos como parte importante de la economía familiar. Este movimiento, al que yo le atribuyo el feminismo, ha hecho que la percepción de los roles sociales cambie, así que si antes las mujeres eran vistas únicamente como para ser madres de familia y cuidadoras, hoy en día también son vistas como motores de la economía y en muchos casos son ellas las proveedoras principales de la familia. 
Ya he dicho muchas veces también que aún y cuando las mujeres han ganado espacio en lo público, siguen cargando con el rol de ocuparse de todo lo que tiene que ver con el espacio privado del hogar y de la familia,  pero que poco a poco estos roles deben irse modificando para que hombres y mujeres vivamos en igualdad de circunstancias.
Y mientras las mujeres están en constante movimiento hacia el cambio, ¿Donde está el papel del hombre en todo esto?, ¿Como ha cambiado para ellos el rol de padre?, ¿Que se espera hoy de los hombres cuando son papás?, ¿Que tanto las mujeres pelean por espacios pero no permiten que ellos ganen terreno en lo privado?. La razón por la cual me hago estas preguntas es precisamente porque me doy cuenta que si bien las mujeres exigen que cambien las cosas, también en ocasiones aplican lo que se podría llamar un “feminismo selectivo”.
He escuchado muchas veces a mujeres quejarse de que sus parejas no les “ayudan” (les recuerdo que no es “ayuda” si no responsabilidad, pero sin embargo esa palabra usan) en nada con los hijos/as y esos hombres que son sus parejas quejarse de que tratan de “ayudar” (o sea de participar mejor dicho) y que se encuentran con una actitud negativa de lo que están haciendo está mal. O sea que en pocas palabras la mujer siente que sólo ella puede y debe educar a sus hijos/as y que el hombre mejor sea buen padre, o sea que se limite a ser buen proveedor. Al recibir esta negativa por parte de la pareja, el hombre que de por sí en todos los espacios de socialización (familia, escuela, iglesia, sociedad) le han dicho que como hombre el debe ocuparse por ser el proveedor de la familia, que debe ser responsable, trabajador, a veces rudo y que su lugar es en lo público, pues difícilmente se interesará por intentar cambiar o modificar su rol.
Entonces, las mujeres pelean por espacios en lo público para entre muchas cosas ser vistas y tratadas como igual ante los hombres. ¿Y los hombres?, los hombres siguen luchando por conservar ese lugar que desde siempre les ha dado poder en esta sociedad patriarcal y machista en la que vivimos porque no es lo mismo que una mujer salga a trabajar y adopte roles que tradicionalmente son para los hombres, a que un hombre se quede en el hogar y adopte roles que tradicionalmente son para las mujeres. A la mujer se le verá como luchona, feminista, fuerte, puede ser que loca e inclusive masculinizada; mientras al hombre lo veremos como débil, mandilón e inclusive afeminado.
A lo que quiero llegar con esto es que seguimos midiendo a los hombres en función de su capacidad de ser buenos proveedores, si son buenos proveedores entonces son buenos padres. Pocas veces se les nombra en la crianza y educación de los hijos, de igual manera pocas veces se les da su lugar y pocas veces se sienten cómodos dando su punto de vista en cosas que creen que “las mamás saben mas porque son mujeres”.
Quiero desearles un feliz día del padre a todos aquellos que por una razón u otra han roto esquemas, a aquellos que se atreven a ser diferentes y a aquellos que dan todo por su familia. En especial quiero desearle feliz día del padre al mío, que lleva 12 años tratando de ser papá y mamá a la vez, algo que no ha sido fácil ni para él ni para mi pero que sin embargo ahí la llevamos. Te quiero mucho papá.

jueves, 7 de junio de 2012

Nueva Relación entre las y los jóvenes


El fin de semana participé como ponente en uno de los temas (Nueva relación entre las y los jóvenes) en el foro de “Jóvenes en el Cambio Verdadero”, quisiera compartirles lo que dije :
La violencia de pareja tiene sus primeras manifestaciones en las relaciones de noviazgo y casi siempre es minimizada o naturalizada, es decir, las víctimas de violencia confunden con amor agresiones en la vida cotidiana de un noviazgo como pueden ser los celos excesivos, los juegos agresivos, el acecho sobre todo en redes sociales como por ejemplo espiar la cuenta de la pareja de facebook o twitter, llamadas a todas horas por teléfono, mensajes todo el día, exigir que pase la mayor parte del tiempo con él o con ella, enojarse si pasa tiempo con su familia, alejarla o alejarlo de amigos y amigas y prácticamente el agresor intentará volverse indispensable en la vida de su pareja. En el noviazgo el pasar todo el día juntos es lo único que se quiere y a simple vista puede parecer fantástico pero ojo siempre habrá focos rojos que nos van a avisar de que existe violencia en una relación. Culturalmente estamos acostumbrados y acostumbradas a que los celos significan amor, “entre mas me cela mas me quiere”, inclusive podemos llegar a pensar que si mi novio o novia no me cela entonces no me quiere; también tomamos como normal el hecho de que en el noviazgo se den relaciones tan intensas que simplemente es imposible separarlos, hacen todo juntos y esto en lugar de detenernos a pensar que no es natural al contrario, no sólo lo vemos como normal, si no hasta lo fomentamos: “hay amiga ya quisiera yo que me quisieran así”, “hay hija es que te quiere tanto que sufre cundo no te ve” etc, etc. 
La violencia en una relación de pareja la víctima no se da cuenta de la situación que está viviendo porque hay factores a su alrededor que le impide ver el rumbo que esta tomando la relación; el estar enamorado/a no le permite pensar objetivamente por lo que no se dan cuenta de lo que están viviendo, inclusive exista tanta desinformación del tema que alguien podría estar ejerciendo violencia sin saberlo, pues la misma sociedad lo ve como “normal”.
Cuando nos enamoramos tendemos a idealizar a nuestra pareja y nos creemos capaces de superar esa "mala racha", tolerarla e incluso perdonar "sus arrebatos", porque después de todo pensamos que si nos tratan o tratamos de cierta manera es por amor, tenemos la falsa idea de que si se es lo suficientemente buena o buen novio las cosas van a cambiar y con esto quiero decir que la víctima nunca es responsable de la violencia que vive pues haga lo que haga la seguirá sufriendo a menos que se dé cuenta de lo que está viviendo.
En fin, puedo poner mil ejemplos pero quiero enfocarme a decir que la violencia “se refiere a toda acción u omisión que daña tanto física, emocional y sexualmente, con el fin de dominar y mantener el control sobre la otra persona. Para ello se pueden utilizar distintas estrategias que van desde el ataque a su autoestima, los insultos, el chantaje, la manipulación sutil, presiones para tener relaciones sexuales o los golpes”.
Al principio algún comentario incómodo, un jaloneo o una bofetada puede parecer como parte del juego entre los dos, pero luego puede tomar dimensiones tan grandes que incluso se llega a la hospitalización o la muerte. Y ¿Como saber si estás viviendo violencia? Si te hace sentir mal, si te produce un malestar en el estómago como diciéndote que algo no está bien, si tienes miedo de como va a reaccionar, entonces  si vives violencia.
En nuestro país el 76 por ciento de los/las mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja, han sufrido agresiones psicológicas, 15% han sido víctima de violencia física y 16 por ciento han vivido al menos una experiencia de ataque sexual. (Datos obtenidos de la encuesta realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud). Para ser mas clara en México 1 de cada 3 mujeres sufre o sufrirá algún tipo de violencia en su vida y el 70 por ciento la vivirá a manos de su pareja. 
Es mas común que se hable de violencia contra las mujeres sobre todo por las diferencias que existen entre nosotros ya que vivimos en una sociedad en la cual se le ha dado mas importancia y más peso a lo masculino que a lo femenino y por lo tanto aún hoy en día hay quienes piensan que una mujer merece ser violentada por ser infiel por ejemplo.
Otro ejemplo es en las diferencias de lo que socialmente se espera de ser hombre o ser mujer, eso a lo que comúnmente le llamamos roles de género y que tiene que ver con como nos comportamos socialmente, así  de los hombres se espera que sean fuertes, serios, que no lloren, proveedores, rudos, con libertad sexual, infieles, etc, etc. Mientras que de las mujeres se espera que sean sumisas, maternales, calladas, prudentes, cuidadoras, que cuiden su sexualidad y que carguen con el trabajo doméstico o con todo lo que tenga que ver con el hogar. 
En base a estas diferencias nos vamos formando como hombres y mujeres y también entonces se va generando más la violencia contra las mujeres, violencia que puede ir desde violencia extrema a violencia en lo cotidiano y que es difícil de detectar. En la medida en que los y las jóvenes se eduquen en base a la equidad de género y en el respeto a las relaciones, vamos a estar evitando que las siguientes generaciones vivan violencia intrafamiliar. Entonces si por ejemplo a los hombres se les da mayor libertad de ejercer su sexualidad son quienes en teoría están mas expuestos a enfermedades de transmisión sexual, como ellos “exigen” de cierta manera a sus novias a mantenerse fieles ellas en principio piensan que jamas sería capaz su novio de transmitirle alguna enfermedad, y aquí el factor adolescente de: “a mi nunca me va a pasar”. En México actualmente los jóvenes tienen su primera experiencia sexual a los 13 o 14 años. Los riesgos más graves para ellos son el VPH y el SIDA y en tercer lugar los embarazos no deseados, estas son cifras alarmantes pues los y las adolescentes viven en un riesgo permanente.

Desafortunadamente nuestra cultura que todavía idealiza al “macho mexicano” de entre mas mujeres mas hombre y a las mujeres las idealiza cuidando su virgindad, o en su defecto, por lo menos que cuide la imagen de que sigue siendo virgen; con este tipo de pensamientos hace más difícil que no llegue el mensaje a los y las jóvenes de lo importante que es ejercer una sexualidad sana.
Por eso se necesitan programas que re eduquen sobre la equidad de género, en la medida que vayamos entendiendo nuestras diferencias y midiéndonos como iguales, los y las jóvenes podrán ejercer sus derechos con más facilidad, podrán saber si están siendo violentados/as, podrán saber si están ejerciendo violencia y podrán llevar una vida sexual sana. Hay que trabajar en la prevención y sensibilización, no promovamos estereotipos de género, la información es poder, el poder que hará que las cosas cambien de fondo.