Como ya he dicho muchas veces en este espacio la violencia contra las mujeres es un problema serio que nos afecta a todas y a todos, desafortunadamente la mayoría de las veces ni siquiera somos capaces de nombrarlo como tal y mejor decimos que son “problemas de pareja” y que pronto se arreglarán. Esta tendencia a minimizar y naturalizar la violencia contra las mujeres existe por los mitos y creencias que como sociedad hemos creado y que si bien hoy en día violentar a una mujer es considerado un delito, ¿Cuantas mujeres son maltratadas y nunca han ido a denunciar a sus parejas?, ¿Cuant@s de nosotr@s sabemos de alguien que vive violencia y no hacemos nada al respecto?, ¿Cuant@os de nosotr@s hemos culpado a la víctima y no al agresor?.
Por mas que queramos llamarlo a veces de otra manera, el punto es que la violencia de pareja y contra las mujeres no puede ni debe ser visto como un “problema” que se resolverá en algún momento simple y sencillamente porque primero que nada se está cometiendo un delito y está penado por ley y segundo porque las y los involucrados corren peligro hasta de muerte en un caso extremo de violencia, y digo de muerte porque en un episodio de violencia las cosas pueden salirse de control en un segundo.
Un problema de pareja so soluciona en un ambiente en donde ambas partes pueden tener un diálogo de respeto en el cual la opinión de ambos se tomará en cuenta para que puedan llegar a un punto medio y resolver sus diferencias, se hace en igualdad de circunstancias. Son situaciones que en caso de ser necesario podrían acudir a una terapia juntos que les ayudara a superar estas diferencias.
Cuando hay violencia en la pareja, no hay igualdad de circunstancias y no existe un diálogo de respecto. Vivir violencia significa para muchas mujeres ser prisioneras en su propia casa, significa que deben estar alertas porque en cualquier momento pueden recibir una agresión, significa adaptarse a su medio para poder sobrevivir. Muchas veces me han preguntado que ¿Que es lo que pasa por la mente de una mujer que vive violencia?, ¿Por que se quedan con sus agresores?, y bueno como ya he explicado en este espacio hay algo que se llama el ciclo de violencia y que tiene tres fases: 1. Acumulación de tensión, que es todas las situaciones externas que hacen que el agresor ejerza violencia; 2. El episodio violento, que puede ser físico, psicológico o sexual; 3. Luna de Miel, que es cuando el agresor pide perdón, la pareja lo perdona pues piensa que si le echan ganas las cosas pueden cambiar y vuelven después de algún tiempo a la fase 1, luego 2 y luego 3 por años y años. Lo que quiero explicar es que muchas veces las mujeres no pueden salir de este ciclo de violencia porque ellas están en el entendido que es un “problema de pareja”, que si le echan las suficientes ganas las cosas pueden cambiar, se aferran a la idea de que el agresor va a cambiar si a lo mejor los dos van a terapia, aparte de que en su entorno familiar y social no hay quien falte que les diga que: “el matrimonio no es fácil”, “esos problemas se resuelven con el tiempo”, “es que los hombres son violentos por naturaleza, pero ya va a cambiar”, “lo tienes que ayudar a que cambie”, etc, etc.
Entonces finalmente se quedan con la idea de que sí las cosas pueden cambiar y que juntos tienen que encontrar la solución; y no estoy hablando de casos extremos de violencia, estoy hablando de situaciones en las que hay y existe violencia muy clara pero que es minimizada porque como a lo mejor no le deja un ojo morado, o a sólo le dio un empujón, o sólo fue una cachetada, o sólo le dijo cosas horribles.
Entiendo que muchas mujeres y hombres no están preparados para llamar las cosas por su nombre, pero ¿Hasta cuando?, ¿Hasta cuando seguiremos diciendo que es un “problema de pareja”?, ¿Hasta cuando entenderemos que lo que viven las mujeres que viven violencia en cualquiera de sus manifestaciones y grados sufren? Y para contestar la pregunta de que ¿Por qué las mujeres no salen de su situación si tanto sufren? Pues porque si constantemente escucha de sus redes de apoyo que le eche ganas, que busque terapia, que no se dé por vencida y sobre todo que “esos son problemas de pareja”, no le quedará mas opción que vivirlo como tal y jamás entender que lo que vive es violencia, que su vida corre peligro y que tiene derecho a vivir de otra manera.